El patinete tiene cien años de historia. En el Museo del Juguete de Figueres se pueden ver ejemplares únicos de madera y tres ruedas, de la marca Buch. Un siglo más tarde, el patinete ha pasado de ser un juguete a convertirse en un vehículo. Los actuales son eléctricos y la gente los utiliza para desplazarse por las ciudades. Serán el regalo estrella de esta Navidad, sin lugar a dudas, y aquí tenemos un problema. Los Mossos han localizado esta semana el conductor de un patinete que fue filmado por un taxista mientras llegaba a los 80 kilómetros por hora en la Diagonal de Barcelona, y en Sabadell murió una mujer de 39 años en un accidente yendo en un patinete de estos eléctricos.
En principio, los patinetes a la venta alcanzan velocidades de 30-35 kilómetros, pero en YouTube es fácil encontrar aplicaciones para trucarlos. El problema es que no existe una legislación al respecto, de tal manera que uno se puede encontrar por las aceras o por la calzada, por los carriles bici o en las carreteras. El consistorio barcelonés ha sido de los primeros en reaccionar y ha hecho pública una ordenanza, que los obliga a circular por carriles de bicicletas, sin sobrepasar los 30 kilómetros por hora. La dirección general de Tráfico está a punto se sacar una instrucción al respecto, a pesar de la única instrucción razonable sería prohibirlos, pues si es piensan que irán por donde deben ir y a 30 km / hora, es que son de una enorme candidez.
Un patinete eléctrico oscila entre los 399 y los 3.000 euros, y sus ventas se han incrementado en un 800% en un año. El artefacto no es inocente y en las últimas semanas como decía ya se ha cobrado las dos primeras víctimas, y Más de uno habrá habrá que irá dirfecto al cielo en patinete, eléctrico, eso sí. Otra cuestión haría útil y práctico el patinete, segway y otros utensilios rodados, si se prohibiera o prohibiese circular en la ciudad a los peores depredadores urbanos, el automóvil y los jubilados.
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