QUE BELLO ES VIVIR
Hay a veces alguna noticia, realmente curiosa, diferente, y que suele ser reconfortante, en la línea de las películas de Frank Kapra, como: que bello es vivir. Una pequeña iglesia protestante de La Haya, en Holanda, ofrece desde hace un mes servicios religiosos de forma ininterrumpida, las 24 horas del día, y ya lleva casi 700 horas, para evitar la deportación de una familia de refugiados armenios.
Según la ley holandesa, la policía no tiene permitido acceder a lugares de culto durante los servicios religiosos. Por ello, más de 300 pastores de todo el país se han ofrecido voluntarios para turnarse durante el último mes para celebrar servicios religiosos en la Iglesia Bethel y así evitar que los funcionarios arresten a la familia Tamrazyan, que vive en los Países Bajos desde hace nueve años, según informa Actualidad Evangélica y medios holandeses.
“Al brindar hospitalidad a esta familia, podríamos darles tiempo y lugar para demostrar al Secretario de Estado la urgencia de su situación”, ha indicado el presidente del Consejo General de Ministros Protestantes, Theo Hettema.
Sasun y Anousche Tamrazyan y sus tres hijos, Hayarpi, Warduhi y Seyran, huyeron de su Armenia natal y buscaron asilo en los Países Bajos después de que el activismo político de Sasun les convirtiera en objeto de amenazas de muerte. Después de varios años de procedimientos judiciales, un juez concedió asilo a la familia, pero el Gobierno inició un proceso judicial y logró anular esa decisión.
Ante esa situación, la familia solicitó un “perdón de los niños”, un resquicio legal que permite que las familias de refugiados con niños que han residido en los Países Bajos durante más de cinco años puedan obtener un permiso para quedarse, pero su solicitud fue denegada.
Los Tamrazyans habían estado viviendo en un centro de asilo en el municipio de Katwijk durante dos años cuando se enteraron de la orden de deportación. Decidieron buscar refugio en una iglesia cercana, pero era demasiado pequeña para albergar a la familia, así que se acercaron a otras congregaciones protestantes en La Haya para pedir ayuda. El pasado 25 de octubre, la Iglesia Bethel respondió a su llamada acogiéndoles.
El presidente del Consejo General de Ministros Protestantes ha reconocido que la solicitud de acogida les ponía en una posición incómoda porque considera que “ninguna iglesia debería tener que elegir entre el respeto por la dignidad humana y el respeto a la autoridad del Gobierno”. Finalmente, la iglesia decidió dar la bienvenida a la familia para mantenerse fiel a “la apertura y la hospitalidad de la iglesia”.
Hettema ha explicado que la iglesia no tiene previsto finalizar el servicio religioso ininterrumpido y tiene la esperanza de que el ministro de Migración, Mark Harbers, otorgue la residencia a los Tamrazyans.
Comentarios
Publicar un comentario