"En 1970 me compré mi primer coche, un SEAT 850 especial B-761.544, que por cierto me costó 112.000 pesetas. La propaganda de la marca en aquella época los peródicos decía así:" Cárguelo hasta los topes (eran tiempos de baca) Póngalo a más de 140km por hora y sabrá porqué le llamamos especial." y era cierto que conseguía llegar a 140km por hora, si había una recta larga y le ibas embalando, y apagar la calefacción aunque fuera en verano para que no se calentara el agua del radiador.
Desde aquellos tiempos, los coches han evolucionado, pero tampoco tanto, más en la estética que en el resto, y de hecho siguen habiendo demasiadas muertes al año en accidentes. Pero el coche, a partir del momento en que el seiscientos estuvo al alcance de los ciudadanos, cambió muchas dinámicas de país.
Recuerdo que si algo era barato en los años 70's era la gasolina, cuando no sabías que hacer, te ibas a hacer kilómetros con tu coche, quizás también por la novedad, pero el combustible era muy barato. Este hecho propició también todo un universo de restaurantes de carretera en todo el país, y fomentó el turismo interior.
Todo este universo está amenazado por la resolución que algunos atribuyen al Gobierno de Pedro Sánchez, pero que se aplicará (en principio a toda Europa), de reducir la circulación de vehículos de gasolina o diesel, hasta el punto que el 2040 ya no podrán circular.
Esta decisión se tomó a nivel europeo en 2005, y algunos países como Noruega aplicarán la prohibición en 2025, algunos otros en 2030 y el resto en 2040.
'Cuan largo me lo fiáis', dicen los más optimistas, en el sentido de que hay tiempo de sobra para reconvertir la industria del automóvil, mientras los catastrofistas se rasgan las vestiduras con una ceguera digna de admirar, por negarse a ver la magnitud del problema que nos viene encima.
En alguna ocasión ya he comentado que en la ciudad el coche es el que sobra, no tiene cabida, y cierto es también que hay que reforzar el transporte público, sobre todo los trenes de cercanías, pero hay también de cambiar la mentalidad de la gente. Antes, había gente que no había salido de su pueblo o de vez en cuando bajaba a la capital, muy de vez en cuando. Esto es una exageración (soy consciente), pero hoy en día quizás no sea necesario tanto desplazamiento, teniendo en cuenta como estamos tecnológicamente conectados con un mundo laboral muy diferente al de antes.
Hablan de los coches y de lo que contaminan, pero no entiendo que no se hable tanto del que contaminan (inútilmente en la mayoría de los casos) los aviones, no ya los comerciales sino los vuelos 'low cost'. Son, supongo, intereses diferentes, pero nocivos uno y otro para la salud de los ciudadanos.
Entiendo que la gente quiere viajar 'Hay que ver mundo - decía Joan Capri' pero quizás no haya que ver tanto, más teniendo en cuenta que mucha gente viaja sin ver gran cosa; recuerdo en Blanes turistas, que en toda su estancia no se movían del hotel, la piscina y como mucho atravesaban la avenida de los Pinos para ir a la playa. Y no hablemos ya de los de Lloret de Mar.
Volviendo al automóvil, es complicado de resolver, decían hoy que las ventas bajaron un 22%, la gente está desconcertada aunque hace ya tiempo que se aconseja no comprar vehículos diésel, aunque los híbridos funcionan con este combustible. Y claro, a partir del 2025/30 ¿quién comprará un coche con el que a los diez o quince años ya no podrá circular?
Y no tengo demasiado claro que el coche eléctrico sea la solución, a no ser que se pongan las pilas los fabricantes para hacerlos más autónomos de lo que son actualmente, y se ve que también hay problemas con el cobalto, o sea que aquí hay un problema muy complejo de resolver, y no sé yo si los gobernantes europeos están preparados para este cambio tecnológico tan complejo.
De hacerse, y teniendo en cuenta el ahorro en la compra de petróleo, se podrían llegar a transformar las autopistas y algunas carreteras en vías peatonales mecánicas-articuladas como las de los aeropuertos, las distancias no son muy largas y sería una manera de transportar a la gente a la larga económica, sencilla y util, quizá porque también tendremos que empezar a acostumbrarnos a gestionar nuestra movilidad periurbana de una manera mucho más pausada, más slow, que dirían los ingleses.
Imagino que en el año 2050 la gente se pondrá manos a la cabeza sin entender ni comprender cómo nos movíamos los ciudadanos 40 o 50 años atrás. Tiempo a tiempo.
Desde aquellos tiempos, los coches han evolucionado, pero tampoco tanto, más en la estética que en el resto, y de hecho siguen habiendo demasiadas muertes al año en accidentes. Pero el coche, a partir del momento en que el seiscientos estuvo al alcance de los ciudadanos, cambió muchas dinámicas de país.
Recuerdo que si algo era barato en los años 70's era la gasolina, cuando no sabías que hacer, te ibas a hacer kilómetros con tu coche, quizás también por la novedad, pero el combustible era muy barato. Este hecho propició también todo un universo de restaurantes de carretera en todo el país, y fomentó el turismo interior.
Todo este universo está amenazado por la resolución que algunos atribuyen al Gobierno de Pedro Sánchez, pero que se aplicará (en principio a toda Europa), de reducir la circulación de vehículos de gasolina o diesel, hasta el punto que el 2040 ya no podrán circular.
Esta decisión se tomó a nivel europeo en 2005, y algunos países como Noruega aplicarán la prohibición en 2025, algunos otros en 2030 y el resto en 2040.
'Cuan largo me lo fiáis', dicen los más optimistas, en el sentido de que hay tiempo de sobra para reconvertir la industria del automóvil, mientras los catastrofistas se rasgan las vestiduras con una ceguera digna de admirar, por negarse a ver la magnitud del problema que nos viene encima.
En alguna ocasión ya he comentado que en la ciudad el coche es el que sobra, no tiene cabida, y cierto es también que hay que reforzar el transporte público, sobre todo los trenes de cercanías, pero hay también de cambiar la mentalidad de la gente. Antes, había gente que no había salido de su pueblo o de vez en cuando bajaba a la capital, muy de vez en cuando. Esto es una exageración (soy consciente), pero hoy en día quizás no sea necesario tanto desplazamiento, teniendo en cuenta como estamos tecnológicamente conectados con un mundo laboral muy diferente al de antes.
Hablan de los coches y de lo que contaminan, pero no entiendo que no se hable tanto del que contaminan (inútilmente en la mayoría de los casos) los aviones, no ya los comerciales sino los vuelos 'low cost'. Son, supongo, intereses diferentes, pero nocivos uno y otro para la salud de los ciudadanos.
Entiendo que la gente quiere viajar 'Hay que ver mundo - decía Joan Capri' pero quizás no haya que ver tanto, más teniendo en cuenta que mucha gente viaja sin ver gran cosa; recuerdo en Blanes turistas, que en toda su estancia no se movían del hotel, la piscina y como mucho atravesaban la avenida de los Pinos para ir a la playa. Y no hablemos ya de los de Lloret de Mar.
Volviendo al automóvil, es complicado de resolver, decían hoy que las ventas bajaron un 22%, la gente está desconcertada aunque hace ya tiempo que se aconseja no comprar vehículos diésel, aunque los híbridos funcionan con este combustible. Y claro, a partir del 2025/30 ¿quién comprará un coche con el que a los diez o quince años ya no podrá circular?
Y no tengo demasiado claro que el coche eléctrico sea la solución, a no ser que se pongan las pilas los fabricantes para hacerlos más autónomos de lo que son actualmente, y se ve que también hay problemas con el cobalto, o sea que aquí hay un problema muy complejo de resolver, y no sé yo si los gobernantes europeos están preparados para este cambio tecnológico tan complejo.
De hacerse, y teniendo en cuenta el ahorro en la compra de petróleo, se podrían llegar a transformar las autopistas y algunas carreteras en vías peatonales mecánicas-articuladas como las de los aeropuertos, las distancias no son muy largas y sería una manera de transportar a la gente a la larga económica, sencilla y util, quizá porque también tendremos que empezar a acostumbrarnos a gestionar nuestra movilidad periurbana de una manera mucho más pausada, más slow, que dirían los ingleses.
Imagino que en el año 2050 la gente se pondrá manos a la cabeza sin entender ni comprender cómo nos movíamos los ciudadanos 40 o 50 años atrás. Tiempo a tiempo.
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