NIÑAS DESAPARECIDAS

El juzgado de instrucción número 2 de Barcelona reabrió el pasado més de abril el caso de la desaparició de Caroline del Valle, una adolescente de 14 años que se esfumó una madrugada, la del sábado 14 al domingo 15 de marzo de 2015, frente a una discoteca de la Zona Hermética de Sabadell. La investigación policial, a cargo de la Unidad Central de Personas Desaparecidas de los Mossos, se encalló y el juez, al ver como la causa se enfriaba sin que apareciera ninguna pista, decidió archivarla provisionalmente. Sin embargo, a petición de la familia, se reabrió por un periodo de un año y medio. 18 meses para encontrar a Caroline.
La abogada Vanesa González, que defiende los intereses de la familia, cree que los recursos destinados a resolver este caso han "sido manifiestamente insuficientes". Quizás "porque no ha tenido la repercusión mediática que merecía", sostiene. Isabel también reprocha a los policías que podrían hacer más. Pero a menos que la encuentren, todo parecerá poco. Es una madre agotada de conjugar los verbos en pasado, en futuro y, casi siempre, en condicional. 
Y esta es la cuestión, la repercusión mediática que han tenido otros casos como el de Diana Quer o Laura Luengo, que el de Carolina del Valle no ha tenido. El porque unos casos tienen mucho eco y otros no, se me escapa, supongo que depende del momento o de las posibilidades que vean los carroñeros de los medios televisivos de sacarle jugo.  Hablan de ello, aquí.

Lo más terrible es la indefensión de los padres, sin saber dónde está enterrada su hija, como el caso de Cristina Bergua que no creo la encuentren nunca, y tantos otros y que nos podría pasar a cualquiera de nosotros, padres o abuelos.
En las cunetas y campos del país no sólo estan enterrados los asesinados de la Guerra Civil, también hay adolescentes, chicas, (chicas, no chicos) casi niñas desaparecidas que no se desenterrarán nunca, ni se sabrá nunca más nada de ellas.