Abu Zakkour, de 68 años, vive en la ciudad siria de Alepo y lleva obsesionado con el color amarillo desde 1983, lo que le ha llevado a convertirse en un peculiar símbolo de la ciudad al vestir solo de ese color durante los últimos 35 años. "Para mí, el color amarillo representa el amor y algo que nadie ha hecho y nadie soporta. Creo que nadie en el mundo puede vestirse durante tanto tiempo así", contó Zakkour a Xinhua. Todos sus trajes, camisas, calcetines, hasta su ropa interior... todo es amarillo. Además, utiliza un esmalte de uñas amarillo para hacer que los elementos que no son de ese color lo sean, como por ejemplo la funda de silicona transparente de su móvil dorado. Y no solo se queda en su ropa. Su apartamento también está plagado de objetos amarillos: las sábanas de la cama, el mantel de la mesa, la papelera... Destaca un pequeño armario amarillo y azul en el que guarda 11 trajes, un abrigo y varias prendas más del mismo color. 

"Cuando paseo por la calle, sobre todo en los lugares muy concurridos, veo a la gente sonreír al verme. Muchas personas se paran para hablar conmigo y hacerse una foto a mi lado. Creo que eso se llama amor", confesó el hombre de amarillo. Zakkour ha sido fiel a este color ya que la atención de la gente en las calles y las entrevistas de diferentes medios le resultan un consuelo para su soledad después de la muerte de su esposa y la marcha de sus hijos de Siria. "Ponerme otro color me haría sentir fuera de lugar, extraño, porque llevo 35 años utilizando el amarillo y eso es mucho tiempo", contó. Tantos años vistiendo el color amarillo han logrado que todos en Alepo le conozcan y sepan su historia y el por qué este peculiar hombre viste siempre de este color.