UN ESTUDIANTE SACUDE ALEMANIA


"Parece que no era consciente de la dimensión de lo que hacía", afirmaba ayer a Der Spiegel uno de los investigadores encargados de averiguar el peor ciberataque registrado en Alemania. Se refería al chico de 20 años, un estudiante que vive con sus padres en Hessen (oeste), que quedó detenido durante unas horas como "responsable" de la filtración de datos personales de cientos de políticos, incluida la canciller, Angela Merkel, y otros rostros conocidos de la vida pública alemana.
Un chico corriente, que no recibió ningún tipo de apoyo de los servicios secretos extranjeros ni de hackers internacionales -como los rusos, a quien se atribuye un caso similar, que tuvo lugar hace dos años, con el servicio de intranet del Parlamento federal (Bundestag)-. Él solo, en casa, encontró el camino hasta las cuentas de diputados, miembros del gobierno e incluso el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier. Cinco días después de salir a la luz el escándalo, los investigadores de la Policía Federal de Investigaciones Criminales (BKA) encontraron la "pista digital" del ladrón de los secretos que se creían bien guardados. El domingo por la noche lo visitaron en su casa, pero el chico ya había destruido su ordenador. Fue detenido, confesó, se mostró dispuesto a colaborar en las investigaciones... Y recuperó la libertad el lunes por la noche, ya que la fiscalía de Frankfurt, que lleva el caso, entendió que no hay riesgo de fuga.
El móvil del chico es, por lo que se sabe, "el enojo contra la clase política", de forma generalizada, así como contra los personajes de la vida pública e incluso los periodistas afectados por las filtraciones. Actuaba en solitario, pero con su acción activó las alertas sobre la fragilidad de los sistemas que cuidan la ciberseguridad nacional de la primera potencia europea. La difusión de datos personales está castigada con penas de hasta tres años de prisión. Pero todo indica que, teniendo en cuenta que no hay precedentes delictivos, todo acabará en medidas menores.
El Ministerio del Interior tuvo los primeros indicios del ciberataque poco antes de las fiestas de Navidad, cuando detectó dos cuentas en Twitter, con los nombres de God y Orbit, que filtraron los primeros datos personales.
En cuestión de pocos días, eran cientos los afectados, aunque, según el BKA, no hubo filtraciones que pusieran en peligro la seguridad nacional. Algunos datos eran antiguas o correspondientes a cuentas que ya estaban cerrados, mientras que otros eran irrelevantes. Los afectados se extienden a todo el espectro político alemán, con una excepción: la ultraderechista Alternativa para Alemania (AFD), el único partido parlamentario contra el que parece que el chico no tenía nada que decir.
Horst Seehofer, anunció la creación de un sistema "de alerta inmediata" para detectar ciberataques. No se sabe aún en qué consistirá este sistema. De momento, el chico de Hesse ha dejado en evidencia la fragilidad del mundo digital.
Todo este revuelo coincide con el debate abierto por la decisión del líder de Los Verdes, Robert Habeck, de "romper" con las redes sociales. Habeck es hoy por hoy la estrella de un partido de nuevo emergente en el panorama alemán, situado en los sondeos en segunda posición, después de los conservadores de Merkel y muy por encima de los socialdemócratas.
El nuevo líder de los Verdes ha tenido un par de tropiezos con sus tuits en Twitter. En una de las cuales parecía que cuestionaba la pureza democrática de un land del este, Turingia, bastión de la ultraderechista AFD. Habeck se disculpó. Pero, por si acaso, escaldado por la capacidad polarizadora que tiene Twitter, ha decidido abandonar las redes sociales. Habeck ha hecho bien, sólo que hay que viven y suben con intención de voto gracias a las redes sociales, todo ello es complejo, malo si estás y malo si no estás, quizás se debería rehacer el poema de Jaime Gil de Biedma.

DE VITA DESCONECTATA

En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
no tener twitter, facebook ni instagram,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.

* * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario