LA CONDENA DEL CÓDIGO POSTAL


En mayo de 2017, la Guardia Civil entró en el inmueble de Les Corts de Sandro Rosell. En un instante cambió la vida del expresidente del Barça al ser acusado de un presunto blanqueo de capitales y organización criminal. Y no volvería a ver el sol hasta 21 meses más tarde, en lo que es el encarcelamiento preventivo más largo de la historia a un acusado de un delito económico. La juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, dictó auto de prisión provisional y en este tiempo le denegó hasta trece veces la petición de libertad condicional. Ayer, la justicia declaraba la absolución de Rosell y el resto de acusados.
Más grave aún es el caso del consejero andorrano de Rosell Joan Besolí, su hijo a poco de estar él ingresado en prisión tuvo un accidente de hípica del que quedó tetraplegico y la Jueza Lamela le denegó su petición de poder visitarle en el hospital. Lo explicaban en su dia en Crónica Global.
Seria bueno recordar que la Jueza Lamela és la de los supuestos terroristas de Alsasua por una pelea de Bar con Guardias civiles mentirosos por cierto. Esta señora és un cáncer para el propio sistema judicial, un cáncer que habría que erradicar para bien de todos, porquè lo que me pregunto és a cuantos inocentes habrá mandado a la cárcel que por falta de un buen abogado o atención mediática se están pudriendo en ellas.
Con Sandro Rosell –y con su gerente Joan Besolí– se ha cometido una injusticia manifiesta, con un uso abusivo de la prisión provisional. La familia ha vivido un calvario, no sólo porque el fiscal pedía también cárcel para su esposa Marta, sino porque les bloquearon las cuentas y les embargaron el patrimonio. Y su honorabilidad saltó por los aires. Todo ello en un inexplicable caso en el que la presunta parte perjudicada, la Confederación Brasileña de Fútbol, negaba que hubiera habido quebranto alguno para sus arcas. E incluso el Senado de Brasil consideró que no había nada que objetar.
Todo empezó con las investigaciones de una trama de sobornos de la FIFA, donde aparecía el nombre de Ricardo Teixeira, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, por el contrato de 24 partidos amistosos de la canari­nha, que podría encubrir comisiones ilegales pagadas por Rosell, cuya empresa gestionó los contratos televisivos, informan en la vanguardia.
Lamela, con su prisión preventiva, condenó a un inocente a 643 días de prisión por nada. Se podrá argumentar que la absolución es la demostración de la capacidad de corrección del sistema. Pero el daño causado a Rosell y su familia en el terreno económico y en su reputación es irreparable, y es posible que nadie pague por ello, ni siquiera algunas plumas que ensuciaron la biografía de un inocente.
Decia ayer alguien en Rac1, que Rosell habia sufrido la condena del código postal, y recordaba también las amenazas del Ministro Wert por la implicación de Rosell como presidente del Barcelona en el Concert per la Llibertat i la Vía Catalana y algún otro acto que molestó y mucho al ministro de mala educación. Podria ser, sinó no se entiende todo este maldito embrollo.

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