Desde que el hombre es hombre y la mujer mujer, su instinto y su vocación ha sido 'hablar'. Ahora procuran que no hablen. O que, como mucho, repitan lo que escuchan, lo que quieren que escuchen. Hay una sórdida y sorda conspiración para convertirlos de hablantes en oyentes de aquello que les interesa que escuchen; hablar - decía Joan Fuster - si se me permite una definición apresurada, es sacar provecho - el máximo provecho - de las palabras. Desgraciadamente hoy en día hay pocos que hablan y si muchos que braman o rebuznan llenos de ira y furia, sobre todo en twitter, un utensilio que por ley debería prohibirse su uso a Políticos y cargos públicos en general, por su bien y por el nuestro. Se nota que no han leído a Séneca cuando decía que lo importante es saber cuándo hay que hablar y cuando restar callado.
HABLAR
21.6.19
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