El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España desde hace al menos doce años, por encima de los accidentes de tráfico, y el número de fallecidos puede ser mayor del que señalan los datos del INE, ya que algunos suicidios no constan como tales. Ocurre cuando la «causa de la muerte» no refleja que se haya tratado de un suicidio, sino que únicamente figura en términos médicos qué produjo el deceso. Por ejemplo, causa: «parada cardiorrespiratoria».
Es verdad también que no todos los suicidios salen en la prensa, que habitualmente ha sido reacia a divulgar estos temas. No vemos en los medios diez suicidios al día, que es la media que maneja el INE (9,8), en proporción de 7 hombres y 3 mujeres. Solo vemos los suicidios más llamativos, y estas noticias casi siempre las protagonizan los hombres.
El caso es que se comparte en Facebook una de esas publicaciones de alguien particular que ofrece afirmaciones maravillosas porque sí, esta vez mencionando un presunto suicidio. Esto lo compartió alguien el 18 de septiembre, pero la publicación original es de otro usuario de FB que la colgó en su muro meses atrás, el 20 de mayo. El «ayer» convierte el asunto en atemporal y multiusos. Por lo demás, el 19 de mayo, día anterior a la publicación de este cartelito, no se registra el suicidio de ningún «hombre de 47 años» y tampoco alguien con esas circunstancias.
Este año, pero en marzo, sí se quitó la vida un hombre de 47 años en Loeches (Madrid). Lo hizo después de matar a su esposa, de 39, cortándose las venas delante de sus hijos, a los que sin duda traumatizó de por vida. Pero si la publicación se refiere a algún suicidio concreto de un hombre de 47 años, el caso más parecido que he encontrado es el de un hombre de esa edad «en paro y endeudado», que se ahorcó en Ardales (Málaga), aunque tenía «dos hijos», no «tres», y ocurrió en 2012. No «ayer».
Los suicidios son una lacra, pero no por ello procede llamar la atención sobre ello con un letrero de Facebook tan burdo. Seguro que «ayer» hubo algún suicidio en nuestro país, aunque no siempre el de un hombre de 47 años.
Es una barbaridad que más de 3.600 personas se suiciden cada año en España. En eso estamos de acuerdo. Pero el autor del letrero, mejor podría haber tirado de un dato similar y de cifras oficiales que, como hemos visto desde el principio, son escalofriantes. Compartir eso no tiene ningún sentido. Ni como metáfora.
Suicidarse no es delito en España, sí lo es inducir a alguien a ello. En todo caso, ante personas con características que llevan a pensar que existe riesgo de suicidio, es mejor servir de ayuda. Ofrecen atención al afectado el Teléfono de la Esperanza (717 003 717) o Minsalud:
«Si sientes ganas de llorar frecuentemente, desesperanza, estado de ánimo variable, negativismo, deseo de morir, perdida del interés en las cosas que siempre disfrutaste, alteraciones en el sueño o del apetito, es necesario que consultes en el lugar que habitualmente te prestan servicios de salud». - publico.es