Un fantasma recorre España,
es el fantasma de la abstención.
No se si las elecciones las carga el diablo, como proclamó Pablo Casado, pero es evidente que una repetición electoral medio año después de haber pasado por las urnas tiene sus riesgos, sobre todo si tenemos en cuenta que se acerca una crisis inminente según dicen los expertos y antes del 10N tendremos la sentencia del TC.
Cuatro elecciones en cuatro años son demasiadas, y es posible que muchos electores se sientan hartos de tanto voto que no conduce a nada. El fantasma de la abstención sobrevuela estos días el país. Gabriel Rufián (ERC) dijo ayer wn la última sesión de control de la legislatura para soltar las verdades del barquero: “La gente está hasta los bemoles de todos nosotros”. Rufián podía incluso haber citado a Estanislao Figueras, que dijo aquello de 'Señorias ya estoy hasta los cojones e todos nosotros'.
Pedro Sánchez denunció que vamos a elecciones por la irresponsabilidad de sus contrincantes, (que opinan y manifiestan lo contrario) y pidió a los ciudadanos una mayoría más rotunda para no depender de ellos. Pero son tiempos contrarios a las mayorías absolutas, así que en dos meses podemos estar de nuevo en la casilla de salida de este endiablado juego, en el que siempre retrocedemos. La gran preocupación del PSOE es que la desmovilización castigue a la izquierda, incapaz de compartir un programa común. No se si aún existe el Partido de Ciudadanos en blanco, que pretendía dejar vacíos los escaños del Parlamento con los votos que consiguiera o consiguiese
Lo único bueno de esta campaña es que formalmente durará solo una semana. Me refiero a la campaña oficial, pues ya sabemos que estos políticos inútiles viven instalados en una mediocre y aburrida campaña electoral permanente. En los próximos días asistiremos a la batalla del relato, un relato que cada vez lo compra menos gente. El próximo 10 de Noviembre habrá abstención y más de la que creen los Spin doctors.
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