En plena precampaña electoral y con la escalada de tensión en Catalunya ante la inminente sentencia del juicio del ‘procés’, el Gobierno no se quiere echar encima a la Guardia Civil. ¿El precio a pagar? 15 inmigrantes que nadie reclama, que a casi nadie parece importar. 15 vidas humanas que se apagaron en la playa ceutí de El Tarajal en 2014… pero no en aguas españolas, según la Abogacía del Estado.
El Gobierno no quiere que sean juzgados los 16 guardia civiles procesados por la muerte de 15 migrantes en Ceuta. Los argumentos que esgrime son que «no se produjo ningún fallecimiento en el lado español del mar», así como que ningún migrante murió por culpa de la actuación de los agentes y que los ahogados no presentaban lesiones.
La realidad es que existen vídeos en el que se ve claramente cómo los guardias civiles disparan pelotas de goma a los migrantes que luchan a nado por llegar a la orilla. Lo cierto es que un testigo de los hechos, autor de uno de los vídeos, aseguró haber escuchado a los agentes gritar «¡Vamos, cabrones!» a los migrantes. La verdad es que un informe médico independiente concluyó que, efectivamente, tanto los migrantes muertos como los heridos presentaban lesiones compatibles con impactos de balas de goma, lo que podría haber tenido una relación directa con su muerte. Conclusión ésta última que sobra, porque aunque no hubieran sido alcanzados por ninguna bala de goma, ¿acaso no tiene algo que ver en su ahogamiento que mientras una persona agotada que apenas sabe nadar, muerta de miedo, sea acribillada a balazos de goma?
El PSOE tiene la misma catadura moral que el PP metiendo basura debajo de la alfombra. Las mentiras del que entonces era director general de la Guardia Civil Arsenio Fernández de Mesa y el ministro de Interior Jorge Fernández Díaz debían haberles costado su carrera, pero esto es España y la mediocridad y los embustes cotizan al alza. Sus versiones contradictorias de los hechos se fueron sucediendo, así como los vídeos oficiales editados con los que trataron de ocultar la verdad.
La Guardia Civil también cambió sus versiones, llegando a admitir finalmente que no se solicitó autorización para hacer uso de material antidisturbios. Mi colega Jairo Vargas siguió muy de cerca el caso, enumerando la sucesión de mentiras. Mentiras, incluso, que cargaron contra los supervivientes, tratando de tacharlos de embusteros. Uno de estos migrantes aseguró que «la Guardia Civil disparaba a bocajarro»: "Gritábamos desde el agua, gritábamos por socorro, y entonces la Guardia Civil se acercaba. Y pensamos: ‘Está bien, vienen a salvarnos, van a recogernos del agua y van a ocuparse de salvarnos’. Pero me di cuenta que desde la embarcación estaban golpeando a los que estaban más cerca".
El Gobierno, que cuanto más se acerca el 10N más se confude con el PSOE y sus intereses, ha olvidado cómo en 2014 desde Ferraz pedían la dimisión del director de la Guardia Civil y del delegado de Gobierno en Ceuta. Ha olvidado cómo, desde la oposición, el PSOE se preguntó «cuántos muertos más necesita el presidente» para dejar de apoyar a los «que deciden disparar pelotas de goma contra personas indefensas en vez de optar por rescatarlos».
Me revuelve el estómago asistir a esta inmundicia moral, a esos vaivenes humanitarios a los que nos va teniendo acostumbrad@s Pedro Sánchez, que mientras sonríe a los JFK actúa de manera muy similar a su predecesor. ¿Saben qué sucede? Que no hay mejor programa electoral, no hay campaña más certera que la de quien está en el Gobierno. Volver a meter la basura bajo la alfombra, situándose a la altura de PP o Vox, es la carta de presentación del PSOE para el 10N.
OPINION · POSOS DE ANARQUÍA
La basura bajo la alfombra en El Tarajal
DAVID BOLLERO
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