Este escrito es del 2013, pero he creído oportuno recuperarlo ahora que estamos en pleno desenfreno consumidor entre el Black Friday, Ciber Monday, Navidad, fin de año Reyes, etc. Poco debería retocar, de hecho lo dejo igual que seis años atrás, tal vez añadir sólo que el més pasado me vendí el coche, un coche que utilizaba una vez al mes y no todos los meses, y es que el coste de mantenimiento es elevado y no sale a cuenta tenerlo en la calle todo el día y noche. De coches con las circunstancias del mío están llenos las calles de las ciudades, y francamente, són más que nada un estorbo.
De vez en cuando hay iniciativas interesantes para paliar este consumo desaforado, como la del gobierno de Suecia que redujo los impuestos sobre las reparaciones de todo tipo: desde bicicletas hasta lavadoras. El gobierno pretende que ya no tenga sentido deshacerse de los artículos viejos o rotos para comprar otros nuevos. Lo que no sé es si todavía hay gente capaz de arreglar cosas rotas (el manitas de toda la vida), normalmente y como mucho se cambian unas piezas por otras.
Por cierto que en el tema de electrodomésticos, recuerdo que cuando cambiamos la nevera le comentó mi mujer al empleado de la tienda que la anterior tenía 25 años. El hombre sonrió y nos dijo: esta les durará como mucho 10 años, la obsolescencia programada ha mejorado mucho últimamente, en detrimento de la duración de los electrodomésticos, claro.


DE VIVIR CON SOBRIEDAD (06/07/2013)

Como ocurre con todas las cosas del comportamiento humano, hay un momento en que, como sociedad debemos plantearnos cambiar radicalmente nuestro estilo de vida. De hecho lo que no podemos es continuar manteniendo los esquemas actuales, el tiempo de las vacas gordas, petróleo y comida barata, se ha acabado y ya no volverá, por tanto una serie de comportamientos que hasta ahora habíamos adoptado alegremente ya no podrán ser. Ya hemos salvado los Bancos pagando trinco trinco de nuestro bolsillo, y estamos donde estábamos, a pesar de que el Gobierno siga hablando de un crecimiento, etc etc.
De hecho ya no teníamos que haber sido lo que pretendíamos ser, aquí hemos querido jugar a los nuevos ricos despreocupados, viajeros compulsivos de dónde más lejos mejor, veraneantes de allí donde sea, con dos coches por familia, o más y cuando más grandes mejor. Ha sido una derroche de recursos inútil, i ahora no tendremos más remedio que volver al origen, allí donde estábamos antes de pensar de que éramos ricos y civilizados. No quiere decir que tengamos que ir a pie a todas partes, ni comer solo grano y verduras, pero si que se tendrán que reconsiderar seriamente una serie de comportamientos abandonados.

De algunos de ellos querría hablar:

1.- No he entendido nunca una persona que tiene el coche toda la semana encerrado en el garaje o en la calle para cogerlo el fin de semana o sólo el domingo, le sale mucho más a cuenta alquilar uno cada semana y se ahorra, seguro, mantenimiento, impuestos, garaje, etc, etc.

2.- Sigo viendo a primera hora de la mañana mucho coche y persona, cuando ya sería hora de ponerse de acuerdo y más ahora que hay tantos polígonos para ir en un solo coche cuatro o cinco personas a trabajar, en otros lugares de Europa es una práctica habitual, mientras que aquí sólo empieza a serlo.

3.- Hay una actividad para muchos desconocida que se llama andar, significa que si se tiene que ir de una distancia a otra de quince o veinte minutos a pie, no es necesario coger el coche para aparcarlo mal y estorbando, se puede ir a pie o en bicicleta, que es como me muevo por Sabadell, y de paso se hace un poco de ejercicio que dicen es bueno.

4.- No podemos comer de todo todo el año, esto nos lo tenemos que sacar de la cabeza, no hace mucho de esta historia, hasta hace poco la fruta se comía del tiempo (así hacía el olor que hacía), pero esto de comer cerezas en el mes de enero no puede ser. En conjunto quiere decir que no hemos entendido nada, que no hemos sabido adaptarnos a la ventajas que teníamos y en muchos aspectos estamos anclados en los esquemas de finales del siglo pasado.

5.- Es un disparate los trailers y trailers que circulan cada día por carreteras y autopistas cuando tenemos un medio de transporte rápido, no contaminante y más económico que se llama tren, y este tren tan reprobado gracias a la ineficiencia del Ministerio de Fomento, es el futuro, no los trailers, el avión o el automóvil, es el tren, esto es el futuro y aún estamos a tiempo, pero no hay que distraerse.

El título del comentario habla de sobriedad, no de austeridad que es palabra demasiado severa y ya la usa la señora Merkel para nuestro pesar. Sobriedad significa vivir con mesura sin estarse de nada importante, pero de una manera sencilla, sobria como dice el significado de la propia palabra. Tenemos el problema que hemos vivido como niños malcriados por encima de nuestras posibilidades demasiado tiempo y tal vez ya es llegada la hora de crecer y ser un poco responsables, y es en momentos de crisis cuando hay que empezar a actuar, o eso o bajaremos de las nubes de golpe y el batacazo será fuerte. De hecho, si los que leéis este comentario hicierais una lista de las cosas de las que podríais prescindir y por lo tanto ahorraros de gastar, cosas que no son realmente necesarias para vivir, os llevaríais una sorpresa.