José Ortega y Gasset acertó a decir la siguiente frase en una sesión de Cortes de 1931: “No hemos venido aquí a hacer el payaso, el tenor ni el jabalí”. Viendo lo acontecido en el Congreso en la sesión de investidura que culmina hoy, podríamos creer que las tres especies siguen en la Cámara. Especialmente, los jabalíes, término que pasó a aplicarse a los diputados que promovían escándalos o aporreaban los pupitres para impedir que se escucharan las intervenciones de los oradores. Algunos incluso acudían a las sesiones provistos de silbatos para abroncar a sus adversarios. Lo curioso es que los jabalíes se sentían orgullosos de ser calificados con este mote, así que no es de extrañar que en cada partido, aún en nuestros días, haya quien se considere como tal para hacer méritos ante la dirección.
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tuvo que advertir en varias ocasiones de los excesos de determinados diputados, fundamentalmente de la derecha, durante las sesiones de investidura. Pudo apercibir a más de uno, pero prefirió no hacerlo, con buen criterio, a pesar del griterío que se formó, en particular cuando intervino la diputada de Bildu, Mertxe Aizpurua. Pero los jabalíes enseñaron los dientes, vaya si lo hicieron. De todas maneras, no está la política española para demasiadas alegrías, y subir tanto el punto de ebullición de los debates resulta un mal servicio al país y a las instituciones. No se tiene más razón por gritar más alto, ni se convence a nadie con malos modos. El Parlamento ha pasado por momentos especialmente delicados y se guardaron mejor las formas. No se trata de moderar las críticas, sino de mantener la dignidad de la Cámara. Este mediodía, el Congreso pasará la prueba del nueve de la corrección política. Habrá que estar atento a cuanto ocurra.
Luis Carandell, que fue cronista parlamentario, contó que a Miguel de Unamuno le presentaron en una ocasión “a los cinco jabalíes de la Cámara”. Unamuno se quedó pensativo un momento y después respondió: “Imposible. Los jabalíes van solos o en parejas. Los que van en piaras son los cerdos”. Es bueno recordar la historia, aunque sólo sea para no repetir errores. - Màrius Carol - lavanguardia.com
2 Comentarios
Lo de Unamuno no tiene precio.
ResponderEliminarY la derecha, como suele ser lo habitual cuando no gana las elecciones, hace lo de siempre: si no mando yo, no manda nadie. El monopolio del poder es solo nuestro.
Un saludo.
No solo la derecha española. Aún recuerdo a Marta Ferrusola cuando el tripartito, que decía que les habían echado del Palau de la Generalitat y que lo habitaban unos ocupas.
ResponderEliminarSaludos