La decadencia de una sociedad, empieza cuando, instalada entre la complacencia y el aburrimiento, da los primeros síntomas de paranoia por las pequeñas absurdidades cotidianas, y quisiera recordar, que la nuestra, hace ya una temporada que ha empezado a caer en este estado, sólo hay que fijarse en este tuit desesperado de Jordi Folck de ayer. Si usar los servicios precarios de Glover per se, ya es un acto de comodidad evitable, en días de tormentas extremas como ayer, es como dice Jordi: un acto despreciable y vergonzoso.
Tengo un vecino que tiene el Restaurante chino a 300 metros de su casa y se hace llevar la cena por Glovo. Y aun se jactaba de ello cuando me lo contaba.
twitter.com
@jordi_folck ¿Cómo el género humano puede ser tan despreciable? En la calle gente de #glovo en bici bajo una tormenta mayúscula porque alguien no puede hacer el esfuerzo de bajar a la esquina y contentarse con cualquier cosa #incivismo de casa! Vergüenza!
Tengo un vecino que tiene el Restaurante chino a 300 metros de su casa y se hace llevar la cena por Glovo. Y aun se jactaba de ello cuando me lo contaba.
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@jordi_folck ¿Cómo el género humano puede ser tan despreciable? En la calle gente de #glovo en bici bajo una tormenta mayúscula porque alguien no puede hacer el esfuerzo de bajar a la esquina y contentarse con cualquier cosa #incivismo de casa! Vergüenza!
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Tremendo. A ver si se atraganta con la comida.
Un saludo, Francesc.
No creo, él lo considera normal, y haY muchos como él, ese es el problema.