JUVENTUD ROBADA


En la batalla del Ebro, las primeras víctimas fueron los de la quinta del biberón, los adolescentes que un día de primavera de 1938 tuvieron que presentarse en el cuartel con un plato, agua y una manta y que, un par de meses después, se encontraban en las trincheras del Ebro sirviendo para la única causa por la que habían sido convocados: para ser carne de cañón. Sólo tenían diecisiete años y les robaron la juventud.
Apenas habían empezado a vivir y lo primero que la sociedad hacía por ellos era enviarlos directamente al matadero. De unos adolescentes a los que prácticamente ni se habían molestado en instruir militarmente, ¿que se esperaba que aportaran a la siniestra estadística de la batalla del Ebro, a parte de sus cadáveres? Como me explicaba mi padre que conducía un camión, ni tan siquiera tenían la vestimenta adecuada, que debían coger de los cadáveres que se encontraban en el campo de batalla. Mi padre viendo el desastre de la batalla del Ebro y aprovechando que tenía que llevar una caja de langostinos a Calaf a un alto cargo militar de la república, desertó, no con dificultades pero consiguió llegar a Sabadell y esconderse hasta la entrada de los nacionales el 27 de enero de 1939.
A los que no tuvieron la suerte del padre, pero a pesar de todo lograron salir vivos les esperaba el exilio, el calvario de los campos de concentración franquistas, la miseria de la posguerra, o un servicio militar que podía alargarse hasta los cinco años. A  mi padre lo destinaron a hacer la mili en Ourense tres largos años, con sólo un permiso para bajar hasta Sant Feliu de Codines a ver a mi madre.
Que podía quedar por entonces en los de la quinta del biberón de aquel chico de diecisiete años que un día se había presentado al cuartel con el plato, la cantimplora y la manta con la vana ilusión de luchar por defender una República. Victor Amela ha publicado un libro 'Nos han robado la juventud' que habla sobre aquellos adolescentes sacrificados todo ello para nada, unos adolescentes a los que no deberíamos olvidar, y mantener su recuerdo en nuestra memoria colectiva.

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2 Comentarios

  1. Tiempos tremendos y oscuros que ojalá no regresen nunca más.
    Saludos.

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    1. Parece que no van a regresar, al menos no en este formato tan cruel e inhumano de una guerra civil.

      Saludos.

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