Este año se cumplen cien de que Alfred Hitchcock empezó a trabajar para el cine, aunque en sus inicios se limitaba a diseñar los rótulos de las películas. Y ayer se cumplieron cuarenta de su fallecimiento. Su primer éxito como director fue El enemigo de las rubias (1927), cuyo título resulta premonitorio, pues sintió verdadera obsesión por Grace Kelly y por Tippi Hedren, que lo pasaron realmente mal. Esta última, madre de Melanie Griffith, sufrió un verdadero acoso por parte de Hitchcock: “Estaba obsesionado conmigo, siempre quería una copa de vino o champán a solas, al final de cada rodaje”. El cineasta le confesó que soñaba a menudo que ella se le declaraba y que le pedía que la amara. Hedren le recordó que los sueños cine son y que no insistiera con sus delirios. El resultado fue que en la escena de Los pájaros , donde es atacada por las aves, Hitchcock usó cuervos reales y de madera. Para castigarla por su desprecio, hizo repetir la peligrosa escena un sinfín de veces, aterrorizando a la actriz, que acabó siendo ingresada por el impacto del pico de uno de ellos en el ojo, lo que le provocó un desgarramiento de retina. Las heridas en brazos y piernas de la protagonista en el film son reales. Al concluir el rodaje de la escena, se echó al suelo llorando, mientras esperaba la ambulancia que la llevó a urgencias. Buen director pero mal tipo el maestro del suspense.
La película Los pájaros (1963), considerada una obra maestra, tiene un mensaje que no puede ser más actual. Lo declaró por aquellos días el propio Hitchcock a la revista Movie : “Se podía decir que el tema de Los pájaros es el exceso de autosatisfacción que se observa en el mundo: la gente no es consciente de las catástrofes que nos amenazan”. Ciertamente, en la película no se explica por qué las aves atacan a personas, aunque sus biógrafos aseguran que no explicita las causas para subrayar, sin duda, el misterio de fuerzas desconocidas que un día, inesperadamente, se activan transformando nuestras vidas. Más o menos como el coronavirus.
Las crónicas del estreno del filme en el Festival de Cannes, que se presentó fuera de la selección oficial, cuentan que dejó el público en estado de shock. La cinta mostraba un terror resultado de un fenómeno incontrolable, que nadie había intuido que podía trastocar la tranquilidad de un pequeño paraíso en la costa californiana.
Lo curioso de Los pájaros es que los protagonistas consiguen escapar después del ataque de las aves y mientras llevan a Hedren al hospital, el automóvil avanza sobre el asfalto cubierto de pájaros muertos. De esta manera, el realizador anuncia que la pesadilla ha concluido. Ojalá, la Covid-19 con la llegada del calor pierda igualmente su carácter letal. De hecho, en el verano del 1920, cuando Hitchcock empezó su aventura en el cine, la mal llamada gripe española, que había hecho su aparición dos años antes, desapareció con el mismo sigilo que había llegado. También el cineasta es el autor de esta frase no menos premonitoria: “No hay mayor placer que el despertar de una pesadilla”. - MÀRIUS CAROL - LAVANGUARDIA.COM
Nada más terrorífico que algo diminuto como un microbio o una bandada de pacíficas aves sean el origen de una plaga de pesadilla. Escapan a control.
ResponderEliminarUn saludo.