La Guardia Civil es un Instituto Armado fundado en 1844 por el Duque de Ahumada, durante el reinado de Isabel II. Otras fuerzas similares en Europa son los Carabinieri (Italia) y la Guardia Nacional Republicana (Portugal), y a día de hoy ha perdido toda su razón de ser, si es que alguna vez la ha tenido. Demasiada ambigüedad, demasiados muertos en la espalda (muchos más que ETA), un coste oneroso incluso por el color de su uniforme manchado de sangre como el de cualquier ente militar, hacen que tal vez haya llegado la hora de su desaparición, y más ahora que estamos en época de vacas flacas y deben reducirse gastos. A pesar de la modernización y 'democratización' de la Guardia Civil, el pasado les pesa y es un lastre pesado, y, del mismo modo que ETA abandonó la lucha en no tener ya ninguna razón de ser, si es que alguna vez la había llegado a tener, con la Guardia Civil debería sucedcer lo mismo, disolverla y sus miembros pre-jubilados o repartidos entre Policía Nacional o el Ejército.
La destitución de Pérez de los Cobos no tiene nada que ver con esta vieja reivindicación, ni la dimisión del Teniente General Laurentino Ceña, por cierto, a un més de su jubilación. Pérez de los Cobos, por incompetente y mentiroso hace ya tiempo que debería haber sido cesado, claro que, mientras sus mentiras y manipulaciones le iban bien al gobierno para perjudicar a los líderes independentistas no les importaba, era el perro que servía a su amo, como Tácito, otro que posiblemente también caiga un día de estos, pero cuando el perro se ha rebotado contra su dueño, ya no les ha interesado, y es por eso que la han cesado.
La gestión de Grande Marlaska ha sido nefasta, y ahora para justificarse va y sube el sueldo a Guardias Civiles, en vez de cesarlos o colocarlos a todos. El anacronismo de la institución armada es una incongruencia democrática que quizás ya sería hora de erradicar, que estamos en pleno siglo XXI. Claro que no nos debe sorprender la actitud de un gobierno temeroso que en plena pandemia por coronavirus derrocha más de dos mil millones de euros para comprar tanques, que deben ser para matar el coronavirus a cañonazos. Si esto no es desperdicio de dinero público que venga alguien y lo vea.
Un amigo que tengo abogado me decía hoy que Marlaska no podía cesar a Pérez de los Cobos pues este siguiendo las instrucciones de la juez Rodriguez Medel, al ser policía judicial no tenía por qué informar al Ministro del interior. Puede que la juez Carmen Rodriguez Medel, en principio nada sospechosa de animadversión hacia el Gobierno, ni de prevaricadora habitual, aspecto demasiado habitual en la justicia española, se haya rebotado y quizá por eso nos sorprenda que amenace al Ministro Grande Marlaska de la manera que lo ha hecho; francamente aquí hay demasiada gente que está perdiendo los papeles y no son tiempos para hacerlo, al contrario, y este es el problema, que un problema grande como el del coronavirus sea gestionado por gente muy pequeña.
La destitución de Pérez de los Cobos no tiene nada que ver con esta vieja reivindicación, ni la dimisión del Teniente General Laurentino Ceña, por cierto, a un més de su jubilación. Pérez de los Cobos, por incompetente y mentiroso hace ya tiempo que debería haber sido cesado, claro que, mientras sus mentiras y manipulaciones le iban bien al gobierno para perjudicar a los líderes independentistas no les importaba, era el perro que servía a su amo, como Tácito, otro que posiblemente también caiga un día de estos, pero cuando el perro se ha rebotado contra su dueño, ya no les ha interesado, y es por eso que la han cesado.
La gestión de Grande Marlaska ha sido nefasta, y ahora para justificarse va y sube el sueldo a Guardias Civiles, en vez de cesarlos o colocarlos a todos. El anacronismo de la institución armada es una incongruencia democrática que quizás ya sería hora de erradicar, que estamos en pleno siglo XXI. Claro que no nos debe sorprender la actitud de un gobierno temeroso que en plena pandemia por coronavirus derrocha más de dos mil millones de euros para comprar tanques, que deben ser para matar el coronavirus a cañonazos. Si esto no es desperdicio de dinero público que venga alguien y lo vea.
Un amigo que tengo abogado me decía hoy que Marlaska no podía cesar a Pérez de los Cobos pues este siguiendo las instrucciones de la juez Rodriguez Medel, al ser policía judicial no tenía por qué informar al Ministro del interior. Puede que la juez Carmen Rodriguez Medel, en principio nada sospechosa de animadversión hacia el Gobierno, ni de prevaricadora habitual, aspecto demasiado habitual en la justicia española, se haya rebotado y quizá por eso nos sorprenda que amenace al Ministro Grande Marlaska de la manera que lo ha hecho; francamente aquí hay demasiada gente que está perdiendo los papeles y no son tiempos para hacerlo, al contrario, y este es el problema, que un problema grande como el del coronavirus sea gestionado por gente muy pequeña.
0 Comentarios