Se suele asociar el brillo y la euforia espumosa de los años 20 con Scott Fitzgerald, que supo reflejar aquellos fastos en el espejo oscuro de su melancolía. Pero hay un retrato aún más intenso e incluso más real de los Estados Unidos en los años bisagra del crack de 1929 que se encuentra en la obra de Thomas Wolfe, el miembro más perdido de la Generación Perdida. Junto a un Faulkner o un Hemingway sigue siendo todavía un desconocido, objeto de un culto avivado por varias razones: fue un espíritu inquieto y alcoholizado; murió poco antes de cumplir 38 años y de que estallara la segunda guerra mundial, que transformaría de arriba a abajo el mundo conocido, y cultivó una prosa arrolladora que exige mucha dedicación del lector. Se hizo mundialmente famoso por dos novelas, 'El ángel que nos mira' y 'Del tiempo y el río'. Escribió dos más y un importante número de cuentos, algunos casi novelas breves, en los que se puede degustar su estilo profético, casi de letanía religiosa, que es su sello, y que ahora se recogen en esta cuidada edición traducidos por Amelia López Villar. Se encontrarán aquí títulos que ya han disfrutado de cierto éxito como libros independientes, como 'El muchacho perdido' y 'Una puerta que nunca encontré' (aquí traducido como 'No hay puerta'). También los más celebrados, especialmente 'El viejo Rivers', un retrato del editor Maxwell Perkins, capaz de convertir el oceánico manuscrito de 'Del tiempo y el río' en una obra legible. La historia de esta relación sirvió como base a la película 'El editor de libros', que no ofrece el menor indicio de la grandeza del malogrado Wolfe, a quien Faulkner llamó «el mejor fracaso de América ». Amén ».
Aquí podéis ller uno de los cuentos: SÓLO LOS MUERTOS CONOCEN BROOKLYN
Cuentos
Thomas Wolfe
Páginas de Espuma
Traducció: Amelia Pérez de Villar
429 pàgines
37 euros
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