UNA MORALIDAD ABSTRUSA


El estado adulto es la traición a los ideales de juventud, así que el Estado adulto ha encontrado en el coronavirus la coartada perfecta para extirpar cualquier conato de rebeldía en su raíz juvenil. Es aquello tan viejo de 'la juventud de hoy en día', que ya lo decía mi abuelo, mi padre, y casi yo, una juventud inconsciente, irresponsable, ¡coño! son jóvenes y aún no los hemos pervertido suficientemente para que se comporten como estúpidos inconscientes e irresponsables adultos. Sólo hay que ver a Quim Torra como se comporta sin ir más lejos, en unos casos de mal comportamiento de una parte de la juventud que son aislados.
Desde el desgobierno se criminalizan las fiestas de fin de curso, en discotecas, o en la playa, cualquier comportamiento de los adolescentes se descalifica por inapropiado, siempre bajo la amenaza del contagio que nos ha llevado los rebrotes. Los medios de comunicación dictaminan y pontifican sobre la «irresponsabilidad», a los que acusan directamente de imbéciles, cuando aún no han sido los jóvenes suficientemente pervertidos por el sistema para ostentar esta calificación.

Supongo que era inevitable que la pandemia vire hacia la moralidad más abstrusa. Se despliega más dureza, no sólo verbal, contra una fiesta juvenil (de una parte de la juventud) que contra las residencias de ancianos donde se ha registrado una auténtica carnicería agravada por la negligencia de la administración, y en vez de plantearse qué falló para que Catalunya tenga más muertes que cualquier país de su entorno de las personas mayores, se descarga la responsabilidad sobre una generación joven que se merece un homenaje por su comportamiento ejemplar durante el confinamiento. Los abuelos, no han recibido ni una sola disculpa y, para defenderse de las acusaciones de congraciarse aquí desde la pretendida complicidad con la juventud, se puede recordar que no muestran una especial proclividad hacia los medios convencionales. Aquí se habla de las personas mayores, a los que confunden de nuevo la obediencia con inteligencia y sentido común, y sobre todo como siempre, han ido a por lo más fácil y menos comprometido, criminalizando al más débil y cercano.

Lo que no dicen ni dirán estos políticos de feria que representa que nos mandan, siempre y cuando Bruselas y Madrid les dejen, es que el principal problema de la gestión de la pandemia ha residido en que estamos en precampaña electoral con dos partidos nacionalistas que estan a matar entre ellos, y este hecho, este drama, ha prevalecido sobre la preocupación e interés por los ciudadanos.

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