Es cierto que una imagen vale más que mil palabras. Esta fotografía corresponde a una terraza de Madrid el primer día en que ya era obligatorio llevar puesta la mascarilla por la calle. No vamos bien ni por el camino correcto y los resultados y el aumento de los contagios día si día también son la prueba.
Este viernes, el programa Buenismo de la Cadena SER ha entrevistado a la investigadora del CSIC Margarita del Val para hablar de la gestión de la segunda ola en España y el resto del mundo. Aunque la experta asegura no estar enfadada, sí resulta evidente su preocupación por cómo están las cosas.
Del Val ha asegurado que los ciudadanos se han relajado con el verano y ha hecho una comparación con la situación en Italia, cuya curva es mucho menor que la española después de haber sido el país más afectado en Europa durante semanas: “Allí siguen en estado de emergencia, con medidas que obligan a la gente a portarse mejor. En España no solo vale con llevar mascarilla”, ha sentenciado.
No es su única inquietud. El movimiento negacionista y antivacunas también le genera preocupación. “Es imperdonable que en Europa esté pasando esto, nosotros somos clave para que las personas de los países con menos recursos puedan luchar contra ciertas enfermedades, y si decidimos no vacunar a nuestros hijos, los estamos poniendo en grave peligro”. Eso sí, ve a España como un oasis en comparación con el resto de países del continente europeo, cuyos negacionistas hacen más ruido.
La científica considera, pese a los reproches, que “hemos aprendido mucho en este tiempo, pero necesitamos más medidas”, después de haber advertido, de las primeras responsables en hacerlo, sobre los posibles rebrotes en plena desescalada. “Revisé pandemias anteriores y los datos estaban ahí, los virus siguen ahí porque apenas tenemos inmunidad”.
También ha hablado sobre la vuelta al cole, que comenzará con los más pequeños. Confía en ellos: “Estoy segura de que nos sorprenderán y serán más cuidadosos que algunos adultos”, aunque lo importante va a ser “saber controlar esos brotes que puedan surgir y que se aíslen bien para que no se propague por todo el centro”.
La clave de todo radica en lo que denuncia la investigadora, la relajación; no basta con llevar puesta la mascarilla si después te sientas en la terraza de un bar con seis o siete más, os quitáis las mascarillas y os ponéis a charlar por los codos unos frente a otros, y también acierta de Val cuando dice que las escuelas nos sorprenderán, ya se verá, pero entiendo que hay mucha responsabilidad -aquí sí- de padres, abuelos, maestros y alumnos.
Lo que queda claro, es que la solución a la pandemia depende sólo del comportamiento cívico de los ciudadanos, en la medida en que éstos sean o mejor dicho, seamos conscientes y no nos relajamos, Italia es el ejemplo a seguir, tiene una incidencia de 26 casos por cada 100.000 habitantes, casi diez veces menos que España, y en Portugal la cifra es de 36, seis veces menos. Algo estaran haciendo bien nuestros vecinos y mal nosotros.
Mientras esperamos la vacuna, la solución está en nuestras manos, y mucho me temo que no vamos por el camino correcto.
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