PLAGIAR COSAS SENSATAS



Sufrió abusos físicos en su infancia y una profunda depresión en su adolescencia y juventud. Siguió adelante arrastrando esta carga: fue el primero de su familia en ir a la universidad, y se convirtió en un periodista brillante y admirado que publicaba en los mejores periódicos del mundo. En 2009 fue nombrado por The Daily Telegraph como una de las personas más influyentes de la izquierda en Gran Bretaña. Pero cayó en desgracia acusado por plagio. El dolor continuado nos destroza, pero educa la voluntad, y Johann Hari  se rehizo. Concienzudo, decidió investigar las causas de la depresión. El resultado es un súper ventas internacional, Conexiones perdidas. Causas reales y soluciones inesperadas para la depresión (Capitán Swing). Una epidemia que se ha acelerado con la Covidien. En la vanguardia le han entrevistado.

Plagiar o no plagiar, esta es la cuestión. Hari fue acusado de plagio, un plagio que reconoció, pero no necesita pasar ansia por estas cosas. Esto que acabo de escribir, efectivamente, se parece muchísimo a lo que ha escrito ya otro señor. No me extrañaría nada que el parecido fuera casi literal. Pero no por ello ha de ver comprometida su originalidad. Aquella semejanza es, siempre, pura coincidencia. Y nótese bien: dos personas sólo pueden coincidir en algún lugar - o en alguna idea - cuando vienen de lugares distintos. la originalidad radica, en definitiva, en la procedencia. De todas formas, también el plagiario hace su papel. Naturalmente, si tiene acierto en elegir lo plagia, como decía Fuster, el peor del plagio no es que sea un robo, sino que es una redundancia y de hecho, desde un punto de vista serio y utilitario, es preferible que se escriban plagios de cosas sensatas que no que se escriban tonterías originales. Al fin y al cabo, Hari como todos, cuando plagia, coge parte de una historia y la explica a su manera, porque nunca nadie escribe una historia cien por ciento a nuestro gusto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario