CON TODA IMPUNIDAD




La última denuncia ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia por el pacto encubierto entre entidades bancarias con el fin de restringir el servicio presencial a sus clientes la ha interpuesto la Confederación Intersindical Gallega (CIG). Digo yo que será la última porque presupongo que antes deben de haberse presentado muchas otras. No puede ser la primera. Según la CIG, con ese pacto lo que los bancos quieren (y consiguen) es obligar a sus clientes a ir a los cajeros automáticos o utilizar la banca online. Sobre todo, la banca online, porque los cajeros automáticos también los eliminan cada vez más.

Según la CIG, las restricciones de acceso a las sucursales se han implantado prácticamente al unísono, y con los mismos horarios: de 8 a 11 de la mañana. Según esos sindicalistas, se trata de la restricción de un servicio que las legislaciones española y europea consideran básico y que sigue siéndolo para aquellos segmentos de la población que –por los motivos que sea– tienen dificultades para hacer uso de las todavía llamadas “nuevas tecnologías”. Todos esos recortes de servicios dan paso a una brillante pirueta final: los bancos los utilizan como coartada para redactar informes supuestamente técnicos que tienen como objetivo justificar los expedientes colectivos de despido, gracias a los cuales echan a la calle a los trabajadores que antes estaban en las sucursales. Jugada maestra y pactada.

En el diccionario hay una palabra interesante: cártel . Viene del inglés cartel , que a su vez viene del alemán Kartell , tomado del italiano cartello , que significa “etiqueta, tarjeta” y que deriva del latín charta , “papel”. Pues bien, dejando de lado toda esta etimología divulgativa, un cártel es un “acuerdo limitado entre varias empresas, las cuales, a pesar de conservar su independencia técnica, económica y financiera, deciden pactar con el fin de evitar o disminuir la competencia mutua”. Si ahora concursara en Un, dos, tres... responda otra vez y Mayra Gómez Kemp me pidiera nombres de cárteles, los primeros que me vendrían a la cabeza serían el de Cali y el de Medellín, y luego ya vendría el bancario. - Quim Monzó - lavanguardia.

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