EL SÍNDROME DE LA CARA VACÍA


Cómo han cambiado las cosas en un año. Si el verano pasado lo empezamos con la obligación de usar la mascarilla para combatir el coronavirus, el que comenzó esta semana se vislumbra sin esta tela que nos ha acompañado durante prácticamente toda la crisis sanitaria. Una gran noticia aunque no para todos. Los psicólogos avisan: muchos sentirán estrés y ansiedad al desprenderse de este trozo de tela que ya no será obligatorio en los exteriores desde este sábado. Vamos, que se sentirán como si de repente fueran desnudos. Y así aparece una nueva patología: el síndrome de la cara vacía, un malestar que provoca, según el psicólogo José Antonio Galiani, "un conjunto de síntomas mentales y emocionales que nos ocasiona, por un lado, el quitarnos la mascarilla, debido a la sensación de vulnerabilidad a la enfermedad que podemos sentir y, por otro lado, el malestar que nos genera el ver a otras personas sin mascarilla".

El síndrome de la cara vacía es el estrés o la angustia que sufren las personas al estar sin la mascarilla tras más de un año de pandemia del coronavirus. Recuperar el contacto sin mascarilla con la gente puede provocar una gran ansiedad. Llevar la cara tapada durante tanto tiempo ha afectado a las interacciones sociales, y provocado problemas emocionales. Pero como cada persona es un mundo, las reacciones ante, por ejemplo, esta retirada de la mascarilla serán muy diferentes y dependerán de muchos factores, sobre todo de la personalidad. En el síndrome de cara vacía, hay un perfil de individuos las reacciones de los que pueden tener cierto peligro, los que son muy cautos a la hora de exponerse, avisan de 'Websalud' en el periódico.

"Son personas que experimentan mucho malestar emocional, pueden ser altamente reactivas y desencadenar un conflicto o una agresión", explicó el psicólogo Galiani. Para ellos las conductas que no cumplen las normas (como no llevar la mascarilla) hacen que se irriten o se sientan mal porque ellos sí las cumplen, aunque a partir de este sábado ya no sea obligatorio llevar la mascarilla en exteriores. Galiani ha recordado que llevar la cara tapada "nos esconde una parte importante de los signos que nos ayudan a distinguir las emociones que siente la persona que nos habla". Llevar máscara interfiere en estas emociones de alegría o tristeza. Empatizar con otras personas mitigando su dolor o uniéndose a su euforia con besos y abrazos ahora está prohibido. La mezcla de las dos situaciones da lugar al síndrome de cara vacía, que puede desembocar, como ya advirtieron los expertos, en una pandemia de salud mental.


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