LOS MUCHACHOS DE MALLORCA

 


A mí no me extraña que una parte de la juventud confinada en Mallorca haya actuado peor que los monos del zoológico. Saben que sus padres justifican cualquier exceso que hagan, que la culpa siempre es "de los otros" - Francesc-Marc Álvaro.

Se llegaron a presentar ciento tres solicitudes de habeas corpus relacionadas con los estudiantes confinados en un hotel de Palma. La juez de guardia no admitió ninguna, lo que es una noticia excelente: es indispensable que las instituciones funcionen bien cuando una parte de la sociedad se mueve por delirios y se desconecta de la realidad. Los padres que hablaron de secuestro de sus hijos y pidieron el habeas corpus son la clase de gente que, en vez de criar ciudadanos responsables, alimentan consumidores caprichosos del Estado de bienestar que creen ser visitantes de un parque temático perpetuo. Hace casi un siglo, Ortega y Gasset anunció el surgimiento del hombre-masa; hoy, esta figura se ha sofisticado y lleva un smartphone pegado en la mano.

Este escrito de Olga Pereda en el periódico, es muy ilustrativo. Puede leer entero aquí, sólo os dejo una cata para que os hagáis una idea.

"Una joven americana está de viaje de estudios en Barcelona. Un día, sube en el ascensor y se queda atrapada. No puede abrir la puerta, que está atascada. Podría pulsar el botón de emergencia. Podría llamar al 112. Podría llamar para alertar algún vecino. Pero no, nuestra protagonista coge el móvil y llama a su madre, que está en EEUU. Desde Florida, la madre-coraje llama a los técnicos y soluciona el problema de su pequeña. Esta es una de las deliciosas y verídicas anécdotas con que la periodista, autora y divulgadora Eva Millet explica la hiperpaternidad, un fenómeno importado de EEUU que implica tener grabado a fuego un lema: que no le falte de nada a mi hijo. Yo cargo con su mochila, yo le impongo una agenda de ministro, yo le busco extraescolares hasta debajo de las piedras, yo quiero que sea el próximo Mozart, yo le ato las zapatillas con 10 años, yo quiero que sea inmensamente feliz y que nunca se aburra, yo quiero un hijo perfecto. Y no sabe que lo que está criando es un hijo idiota". A esta madre, sólo le importa que su 'muchacho' no se frustre lo más mínimo, aunque sea un tipo de 17 años con con espolones.

De aquí la conjura de los necios en Mallorca de los padres y madres hiperprotectoras para salvar a sus pobrecitos hijitos secuestrados, o presuntamente secuestrados por el pérfido Gobierno Balear.



No hay comentarios:

Publicar un comentario