“El secreto de una buena vejez no es más
 que un pacto honesto con la soledad”
Gabriel García Márquez


Mi vieja obsesión: romper con todo, retirarme a una cueva... ¡Ay! Si no temiera tanto el frío, sé que juntaría el coraje suficiente como para abandonarlo todo... Esta debilidad me aplatana y me empuja a todos los compromisos... decía Cioran. Y a propósito de él es de lo que quiero tratar: de la soledad, de la que tanto abomina en general la gente y que a mí me gusta, es más, como Cioran la anhelo, quizá porque no acabo de entenderme con los otros homínidos en general, incluso los más cercanos, o por qué durante muchos años de viaje por toda España estoy acostumbrado a estar solo, o relativamente solo. Digo relativamente, y me explicaré... De día mientras Nuri va arriba y abajo sacando un polvo inexistente por el piso o fregando un suelo limpio, yo estoy en mi cubículo, con el ordenador y mi música - solo -, falsamente solo, pues un simple grito, una señal, hace que desaparezca mi soledad, que recupero instantes después, y es ésta una soledad a la inversa: podríamos decir que es una soledad acompañada, donde cada uno esta en su casa sin mezclarse. No es pues la soledad del náufrago en una isla o la del pastor con el rebaño en la montaña.
Es posible que me guste la soledad porque me agobian las masas, si me queréis poner nervioso, dejadme en medio de un gran centro comercial repleto de gente, tengo comprobado - bien lo sabe Nuri cuando vamos al Baricentro - que soy incapaz de aguantar más de 25/30 minutos sin que me sobrevenga un ataque de histeria relativa, es decir, que soy capaz más o menos de controlarme, pero me cuesta.
Lo más importante de la soledad, es que te da mucho tiempo, mucho tiempo para pensar, para razonar, para escribir, para leer, para pensar o simplemente para 'laissez faire' indolente a lo Gil de Biedma. Reivindico la soledad como defensa de la intrusión de los demás en la vida de uno, una intrusión que en la mayoría de los casos, más que aliviar, molesta. A veces uno se puede sentir solo rodeado de gente, de mucha gente.