DISTOPIA, ENTRE ZOMBIS Y ANDROIDES



La distopía como género narrativo ha desplegado su influencia gracias a la ociosa indolencia y la odiosa credulidad del espectador embelesado. Unos relatos de pobre imaginación y desbordada fantasía elaboran las presunciones del cientifismo y dan forma dramática al código cibernético del transhumanismo.

En un espectro de la programación desfilan los zombis y en el otro los androides. Los protagonistas de la fantasía distópica expresan con plasticidad los terrores apocalípticos y el consuelo de las promesas tecnológicas. El zombi enuncia la penosa certeza de la corrupción de la carne, la podredumbre de los cuerpos, la lenta agonía de los hombres medicados y la venganza de los muertos envidiosos. Los androides, en cambio, nos muestran la saludable vitalidad de unos mecanismos diseñados para repararse a sí mismos y durar sin desmayo ni fatiga.

Los zombis ulcerados que arrastran los pies con la mandíbula colgante por las ruinas de un mundo desolado vienen a lamentar con su gemido el fracaso de un Creador incapaz de proporcionarnos la inmortalidad que veníamos reclamando. Los androides, sin embargo, ilustran las ofertas del fabricante de cuerpos resistentes a la maldición de la muerte. Da la impresión que las plataformas televisivas han encontrado un filón y están dispuestas a entretener al espectador y fomentar al mismo tiempo su confianza en el alegato doctrinal del cientifismo conductista.

No se sabe a ciencia cierta qué abanico de efectos secundarios despliega la ficción distópica en la mentalidad colectiva ni cómo activa el mecanismo mimético de un espectador predispuesto a adquirir hábitos, imitar conductas y adoptar ideas que no comprende. Dado que sigue causando desagrado la idea de morirse el día menos pensado y que ser devorado bajo tierra por los gusanos es algo que no todo el mundo acepta de buen grado, las predicciones del transhumanismo seducen a un público encantado con la propaganda de la ciencia ficción.

La guerra cultural entablada entre el humanismo y sus enemigos libra en el campo de la ficción una decisiva batalla de ideas de la que no todos los actores son conscientes. El combate entre las criaturas de la imaginación y los personajes de la fantasía cibernética es más intenso de lo que ha sido declarado. Aquellas criaturas reflejan la vida insurgente del espíritu creativo, los personajes auguran la resignada derrota de una humanidad trastornada. - Basilio Baltasar - lavanguardia.com

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2 Comentarios

  1. Cuando éramos pequeños este lugar lo ocupaban la bruja y el ogro.
    Un saludo.

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  2. Cada generación tiene sus propios fantasmas. Teníamos también el hombre del saco y el hombre del coche negro que ofrecía caramelos a los niños y al que no habia que acercarse. Ahora se han sofisticado en las formas pero no en el fondo.

    Saludos.

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