Estos días a raíz de la irrupción amarillenta de los Papeles de Pandora en los medios, sobre todo televisivos, se ha producido mucho revuelo mediático. Una irrupción producto de una supuesta investigación de 600 periodistas, una investigación que consiste en clasificar un montón de documentación que les ha sido entregada, y filtrando esta documentación día a día para alargar el tema. He dicho amarillenta porque esto es periodismo amarillo, amarillo e hipócrita además de tendencioso. Cualquier persona que tiene dinero intenta pagar lo menos posible de impuestos, y en el caso de estos Papeles de Pandora los medios empleados son legales, otra cosa es que sean éticos, lo cual también es discutible. Sólo se puede acusar y de hecho sólo se deberían haber filtrado los casos de políticos o cargos públicos, que si son reprobables. Incluso en algún caso, concretamente el de Pep Guardiola, es evidente que tras la filtración de los 500 mil euros de Qatar que tuvo en Andorra y posteriormente regularizó, hay una motivación política o de usar su nombre como persona conocida e independentista.
En el fondo esto de estos papeles es nada o poca cosa, y lo que no se afronta es el problema real que son los paraísos fiscales en su conjunto, unos paraísos fiscales donde gran parte de los bancos españoles tienen sus oficinas, y esto por más que se diga no se acabará nunca, es una lacra quizás incluso necesaria, una lacra ética. En algunos casos de estos presuntos evasores, ni siquiera viven y por tanto tributan en España. O sea, todo ello, mucho ruido y pocas nueces. Ni caja de Pandora ni caja del truenos, como mucho una cajita con musiquita ramplona.
"La caja de Pandora es un mítico recipiente de la mitología griega, tomado de la historia de Pandora, la primera mujer, creada por Hefesto por orden de Zeus, su padre. Hoy día, «abrir una caja de Pandora» significa una acción en apariencia pequeña o inofensiva, pero que puede acarrear consecuencias catastróficas."
Lo que si me sorprende siempre que hablan de paraísos fiscales, es que no mencionen uno de ellos: Isla Tórtola. Y no entiendo como todavía no le han dado el premio Nobel de economía a esta isla de las islas Vírgenes del imperio Británico. A finales de los años 70 las autoridades de esta industriosa y trabajadora isla crearon un marco legal para que se transformara en uno de los principales paraísos fiscales del planeta. Hay cerca de 700.000 compañías inscritas en las BVI, de las cuales 400.000 están activas. Cada una paga un mínimo de 350 dólares al año. La inscripción es un sello que autoriza a la empresa a realizar operaciones financieras en la isla. Con esta estructura, servicios financieros y turismo son los principales ingresos de este país que no supera los 30.000 habitantes. Que tomen nota y ejemplo los proclamadores de repúblicas efímeras de cómo se levanta de la nada todo un país próspero y ecológicamente sostenible. Vamos muchachos!. . . 'A por el Botín'. El mundo os mira.
El buen ejemplo de los patriotas de pacotilla, independentistas o unionistas.
ResponderEliminarPor eso ni unos ni otros hacen mucho ruido con este tema, quien más quien menos tiene alguno de los suyos metido en el sarao.
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