Con Casado desatado, desencadenado como un Django cualquiera. con Aznar riéndose de López Obrador con su retranca sobre los aztecas y los mayas, como si fueran o fuesen unos bárbaros. Con Almeida meando fuera de tiesto con la reconquista (presunta reconquista). Con Pandora papeles Vargas Llosa que nos dice cómo debemos votar para hacerlo bien. Con todo esto, cuando pasa todo esto y gran parte sucede en una plaza de toros valenciana, se llega a la conclusión de que ya no hay que esperar que el señor nos los envíe. Los bárbaros ya están aqui, ya han llegado y moran entre nosotros. Sólo que como en las corridas de toros, entre los bárbaros hay muchos sobreros.
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Siguen alimentando la bestia que estaba dormida.
ResponderEliminarUn saludo
Pues si, ya andaba Puigdemont en el ostracismo Belga y entre Casado y Llarena le han resucitado.
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