UN CALAMAR DESCAFEINADO

'El juego del calamar' se ha colocado estos días en la primera posición en la lista de series más vistas de Netflix con 111 millones de reproducciones, sobrepasando a 'Los Bridgerton', que hasta ahora ocupaba este puesto con 82 millones. De hecho, mucho se habla de que las vestimentas de los protagonistas son el principal atractivo para aquellos que quieran disfrazarse este Halloween. No obstante, hay otros que prefieren ir unos pasos más allá y han decidido convocar la primera edición real del juego con cientos de participantes, cuatro pruebas y un premio.

El convocante de 'Los juegos santos' ha sido el Hotel St. John, situado en la región coreana de Gangneung, y lo ha hecho a través de las redes sociales con un diseño muy similar al de la serie. Serán 500 personas las protagonistas el próximo 24 de octubre, que jugarán a cuatro pruebas sin que los eliminados sean asesinados. El nombre del concurso real ha tenido que ser adaptado por cuestiones legales y 'Los juegos santos' ha sido el término elegido para convocar a los 500 participantes que lucharán en cuatro pruebas en un bosque de pinos situado delante del hotel. Lo harán para obtener un premio bastante menor que en el de la serie. No competirán por 45.000 millones de wones (32,8 millones de euros), sino por 5 millones de wones -unos 3.600 euros-.

Para participar, no hay que estar endeudado ni tener otros problemas financieros, simplemente hay que pagar una cuota de 10.000 wones -7,30 euros aproximadamente-, recibiendo así una tarjeta idéntica a la de la serie que confirma la entrada al concurso. Las pruebas a las que tendrán que enfrentarse los participantes son el tira y afloja, el escondite inglés, la prueba de la galleta y un novedoso torneo de bofetadas. Además, como en la ficción, los concursantes que no sigan las instrucciones del anfitrión serán descalificados automáticamente y el premio se entregará solo a la última persona. Solo los dos últimos 'supervivientes' podrán descubrir el verdadero rostro del líder, que será revelado en la entrada del hotel en la última prueba.

Aunque el creador del juego afirma que es una alegoría sobre la sociedad capitalista, esta competición extrema juega con el conflicto. Es por eso que triunfa y también por los detalles de producción como la estética infantil. Tiene éxito porque convierte al espectador en un voyeur de la perversión sin que quede moralmente afectado. Es por eso que no pueden triunfar "Los juegos santos", no hay morbo, no hay perversión, no hay voyeurs, no hay miseria humana.

2 comentarios:

  1. Cada día me reafirmo más en la idea de que esta sociedad es estúpida, además de estar enferma.
    Un saludo.

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