Los políticos a menudo mienten pero no nos engañan. No lo harían si supieran que, de decirnos la verdad, les seguiríamos votando. Mienten para mantener el puesto de trabajo. Les votamos para que nos mientan. Malas actuaciones, malos personajes, pésimas puestas en escena y pésimos ciudadanos. Les votamos para declararnos irresponsables y poder descalificarlos para así sentirnos ajenos a sus decisiones. A nosotros, no nos importa tanto que los espíen, que nos espíen. Que estén masacrando a civiles en Ucrania. La inflación, el paro, las hipotecas. Que compremos toneladas de cosas y mensajes solo porque nos resulta sencillo fingir, llegado el caso, que no va con nosotros. Nosotros que somos en cierto modo el reflejo de ellos, o ellos lo son de nosotros, por eso si es cierto que cada país tiene los políticos que se merece.
Deberíamos mostrar nuestra confianza y votar a los políticos que muestran confusión, que dudan, que nos piden sacrificios. Que tratan de decir la verdad mientras confiesan no tener la certeza de poseerla, pero eso seria pedirles honestidad y sinceridad, y estos dos valores en política no abundan, salvo en rarísimas ocasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario