El científico e inventor británico James Lovelock, autor de la hipótesis Gaia y pionero del ecologismo, falleció el martes, a los 103 años en su casa de Abbotsbury, en Dorset (suroeste de Inglaterra). El climatólogo era especialmente conocido por la hipótesis Gaia, formulada en 1969 y que plantea que la Tierra actúa como un organismo que se autorregula, el cual los humanos estropean con sus actividades. También contribuyó a concienciar sobre los riesgos para el clima de los combustibles fósiles, la contaminación industrial y los gases nocivos en la capa de ozono. Como homenaje a este pionero del ecologismo, creo que vale la pena leer el texto entero, es muy esclarecedor y enriquecedor.
Durante años la comunidad científica estuvo convencida de que la evolución del planeta y la evolución de la vida carecían de una relación directa. Se afirmaba que la vida se había adaptado a las condiciones del planeta. El químico inglés James Lovelock formuló la hipótesis Gaia, en la que defendía todo lo contrario: la atmósfera, la temperatura y la concentración de sales en los océanos se habían hecho adecuadas para permitir la supervivencia de la vida.
Lovelock considera al planeta Tierra un superorganismo con vida propia, con capacidad de autorregularse y de mantener unas condiciones adecuadas para la vida utilizando la energía procedente del Sol para su automantenimiento y autoestructuración. Comparando la Tierra con un animal –que también es un superorganismo vivo– Lovelock ve que ambos tienen la capacidad de autorregular sus constantes vitales dentro de unos límites cuando las condiciones exteriores son desfavorables.
Lovelock cree que la Tierra ha aumentado su complejidad biológica porque los propios seres vivos mantienen las condiciones físico-químicas atmosféricas y oceánicas adecuadas para la vida. Mientras que un animal que se encuentra en unas condiciones desfavorables para su subsistencia (como una temperatura demasiado elevada o demasiado baja) se autorregula utilizando sistemas homeostáticos (por ejemplo en el caso de un mamífero el mantenimiento constante de la temperatura corporal, el mantenimiento de las concentraciones de glucosa y de dióxido de carbono en la sangre dentro de unos límites, etc.), la Tierra utiliza a escala planetaria para adquirir la estabilidad en tres aspectos fundamentales: estabilidad atmosférica, estabilidad térmica y estabilidad oceanográfica.
Estabilidad atmosférica - La atmósfera está compuesta por gases muy reactivos entre sí. Permanentemente se dan reacciones químicas que producen nuevos compuestos. Pero también hay aportaciones constantes de los reactivos que permiten la continuidad de la reacción inicial. Existe un permanente desequilibrio. Sin embargo, las concentraciones de dióxido de carbono y de oxígeno son las adecuadas para la vida.
La composición de la atmósfera terrestre es muy peculiar y muy distinta a la de los demás planetas. Precisamente es así porque hay vida y no viceversa –hay vida porque la atmósfera es así– como mucha gente piensa.
Estabilidad térmica - Se constata que por más que el Sol haya aumentado su nivel de radiaciones, y por tanto desprenda más calor, la temperatura de la Tierra prácticamente no ha variado desde que hay vida, a pesar de épocas de intensas glaciaciones.
La temperatura media de la Tierra es de unos 13ºC aproximadamente, contrariamente a lo que sería de esperar si tenemos en cuenta que el espacio está cerca del cero absoluto (-273,15ºC) y recibimos radiaciones solares de forma no continuada .
Una de las causas por la que el calor queda atrapado dentro de la atmósfera es el albedo de la superficie terrestre. El albedo es un factor que se mueve en una escala del 0 al 1. Nos indica la cantidad de luz que refleja la Tierra. La media del albedo terrestre es de 0.33%. El otro factor de autorregulación climática es el efecto invernadero de los gases como el dióxido de carbono, el vapor de agua, el metano y los óxidos de nitrógeno entre otros. Estos gases acumulados en la atmósfera, sólo dejan pasar hacia el exterior parte de las radiaciones infrarrojas que provienen de la Tierra, manteniéndolas dentro de la atmósfera.
Estabilidad oceanográfica - Se puede comprobar haciendo el análisis del agua oceánica, que a pesar de recibir constantemente sales disueltas del continente, no por ello aumenta indefinidamente su salinidad. Si los seres vivos no regularan la salinidad del agua, ésta aumentaría indefinidamente llegando a no permitir su vida.
Para explicar la estrecha relación que la vida mantiene con el medio en el que vive, Lovelock dice que Gaia incluye:
- - Organismos que crecen explotando cualquier oportunidad ambiental posible.
- - Organismos que se rigen por las leyes darwinistas de la selección natural, y que son los que dejan a más descendientes supervivientes.
- - Organismos que modifican su medio físico y químico (por ejemplo los organismos fotosintéticos).
- - Factores que establecen los límites de la vida (como pueden ser la temperatura y otros).
La hipótesis Gaia no tiene el apoyo de toda la comunidad científica. Sin embargo, James Lovelock revolucionó la visión que se tenía de la evolución del planeta y de la vida.
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