Más de 1.500 personas han llegado en las últimas horas a las costas italianas, donde las fuerzas de seguridad han recuperado cinco cadáveres de migrantes junto a un buque mercante, mientras los barcos humanitarios Sea Wacht 3 y Ocean Viking han rescatado a más de 500 náufragos en el Mediterráneo Central. Un pesquero a la deriva con 674 personas fue rescatado este sábado a 124 millas de Calabria por un buque mercante, tres patrulleras de la Guardia Costera y una unidad de la Guardia di Finanza, que también encontraron a bordo de la embarcación cinco cuerpos sin vida, informaron hoy fuentes oficiales.

"Lampedusa en emergencia", dijo hoy el líder de la Liga, el ultraderechista Matteo Salvini, quien aprovechó la situación en ese centro para hacer campaña electoral para los comicios adelantados que se han convocado en el país tras la caída del Gobierno de Mario Draghi. "El 25 de septiembre, los italianos podrán por fin elegir el cambio: volverán la seguridad, el valor y el control de las fronteras", añadió Salvini, que ya fue ministro del Interior en 2018 y que puso en práctica una política muy dura respecto a la inmigración, lo que le ha llevado incluso a ser juzgado por evitar durante semanas el desembarco en inmigrantes en el país.

Y los medios de aquí dan más o menos la noticia de estos inmigrantes, quizás avergonzados de haberse olvidado de ellos los dos últimos años, entre la pandemia, el Volcán de la Palma, la Guerra de Ucrania o los incendios forestales. Pero el flujo de inmigrantes no cesa y con la crisis climática cada vez vendrán más. Europa no está afrontando este problema que deja en manos de Turquía, Italia y España, lo que no es una solución al problema, sinó un parche, y esto al final le acabará explotando en la cara, cuando ya sea demasiado tarde para solucionarlo.