Un hombre de 84 años y su hijo de 53 años fueron detenidos el miércoles en Calella cuando intentaban echar a la fuerza a las personas que habían ocupado un piso de su propiedad en los Apartamentos Codina. Según avanza Radio Calella Televisió, ambos hombres habían denunciado la ocupación de la vivienda en la policía. Según explican, es la tercera vez que les ocupan el piso. El miércoles se presentaron en la vivienda y, armados con una pata de cabra y un spray, consiguieron que los okupas salieran del piso. Los okupas, al sentirse intimidados por los dos propietarios del apartamento, avisaron a la policía local de Calella. Cuando los agentes llegaron detuvieron a los dos hombres y los entregaron a los Mossos. Padre e hijo pasaron a disposición judicial, que les dejó en libertad con cargos. El próximo martes están citados a un juicio rápido. Están acusados de entrar por la fuerza en el domicilio y de coacciones.
Los Apartamentos Codina es un barrio con más de medio miles de viviendas situado en la entrada sur de Calella. Muchos de los apartamentos son segundas residencias. El vecindario lleva tiempo reclamando más seguridad porque se han multiplicado los empleos.
Ya me dirán si no es una absurdidad que te detengan por intentar entrar en tu propia casa, ocupada por unos sinvergüenzas. Algo falla cuando la policía detiene a las personas equivocadas en vez de echar a los okupas. Quizás a padre e hijo los detuvieron por llevar una pata de cabra y el spray. De todos modos, este buenismo hacia los ocupas, no es sólo de la izquierda; nadie es capaz de solucionar algo tan sencillo como que un piso ocupado con la denuncia del propietario, inmediatamente, se desocupa a los okupas y se les envía una temporadita en el trullo, es otro tipo de ocupación que también nos costaría dinero, pero al menos solucionaríamos un problema. De hecho, la constitución habla de que cualquier ciudadano tiene derecho a una vivienda digna y las prisiones actuales. en vez de tener a políticos y 'granujas de medio pelo'. podrían servir de viviendas para muchas familias. Las cárceles como tal, a estas alturas no tienen demasiado sentido, no sirven para redimir ni para reinsertar, podrían al menos, acoger, serían mucho más útiles. ¿Qué hacemos con los prisioneros actuales?, o reinsertados o confinados en casa, con la correspondiente pulsera para controlarlos.
Hay algo que debería quedar muy claro a nuestras autoridades: Nadie, nadie, tiene derecho a ocupar la casa de otro, por más necesitado que esté. Si no entendemos esto, no vamos bien. Y no vamos bien. Ay no sé, será por el calor, pero me parece que se me ha ido un poco la olla. Perdón.
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