La voz de alarma la dio hace unos días el refugio de animales JSPCA de la isla de Jersey, de dependencia británica. Advertía del incremento en la isla de palomas afectadas por un paramixovirus, un virus muy contagioso entre las aves -que provoca la enfermedad de Newcastle- y que tiene afectaciones neurológicas. Dichas afectaciones pueden producir síntomas muy llamativos, tales como un desplazamiento errático y un acusado giro del cuello. Por ello, a las aves que han sufrido el virus en Jersey se las ha apodado como "palomas zombis". También conocida como PPMV –y anteriormente como la peste aviar-, esta enfermedad no tiene tratamiento y acaba con la muerte en pocos días de la gran mayoría de aves a las que afecta.
La buena noticia es que no puede transmitirse a lo seres humanos. Ni tan siquiera en forma de conjuntivitis, como ha aparecido reflejado en alguna información periodística. Así lo explica a La Vanguardia Ramon Cedó, vicepresidente del Consell de Col•legis Veterinaris de Catalunya. “No tiene ningún tipo de sintomatología en humanos, tampoco una conjuntivitis”, subraya. “La afectación en humanos se debe descartar al 100%, no se ha dado ningún caso”, reitera.
Subraya que no se trata de una zoonosis (enfermedad o infección que se da en animales y que es transmisible a las personas). “La OMS no la tiene definida como tal”. El virus, sin embargo, es muy transmisible entre las aves. Se propaga simplemente por el aire (es una infección aerógena). “No hace falta ni una herida, y se difunde muy rápido y es muy letal”, esgrime Cedó. Tanto, que si alcanza un gallinero industrial, “entre el 80 y 90% de las aves acabarían muriendo en menos de una semana”.
A veces es tan rápido –prosigue- que no da ni sintomatología. “El ave sufre diarrea y más tarde muere”. Pero si la enfermedad dura unos días, puede producir lesiones cerebrales que acaban provocando esta sintomatología de mala coordinación de movimientos, cuello girado, o que el animal no sea capaz de sostenerse en pie.
Cedó vaticina que muy probablemente el virus pudo llegar a la isla de Jersey a través de un ave adiestrada como paloma mensajera. “Está cerca del continente europeo”. El único peligro que observa es que el brote pueda propagarse a una explotación agraria. El virus es tan letal y se propaga tan rápido, que un solo caso en aves cautivas tiene que ser declarado de forma obligatoria.
Entiende que si el foco está localizado, podría contenerse la expansión del virus. Eso sí, defiende que las aves que sobrevivan a la infección (pocas) tendrían que ser sacrificadas, porque son portadoras del virus y pueden seguir contagiando. En Jersey las están sacrificando.
Asociaciones como Birds Friends han denunciado en las redes el trato que se les ha dado a las palomas con motivo de este virus por parte de algunos medios. “Las palomas ya sufren suficiente violencia inmerecida y alimenta el mito de que son animales sucios, y no lo son”, arguyen. “Son animales urbanos que viven en entornos que nosotros, los humanos, ensuciamos cuando, precisamente, un entorno salubre actúa como prevención ante este virus”, sentencian.
A ver si hay suerte y esta plaga se extiende por el sur de Europa y de paso afecta a las cotorras argentinas, seria - nunca mejor dicho - matar a dos pájaros de un tiro.
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