NO PIENSES EN UN ELEFANTE ENTRE REJAS

Antes de avanzar ni una línea más, estableceremos algunas certezas muy breves sobre el tema. La ley de Garantía Integral de Libertad Sexual es una puesta al día indispensable de la normativa cuyos beneficios incumben al trato jurídico que recibe la víctima, evitándole el calvario que suponía demostrar una agresión, mientras hace desaparecer aquella gatera para agresores familiares y anejos llamada “abuso”. El derecho penal no sólo es interpretable sino que expresamente ofrece tenedores de condena para que los jueces valoren las circunstancias de los casos y ajusten las penas. El buen derecho penal de una sociedad liberal, dicen los académicos, debe ser muy específico al tipificar conductas delictivas pero no tanto al establecer las penas. Las discusiones punitivas, las que giran en torno a que una norma es mejor cuanto más largas sean las penas que establezca es un marco de debate de la derecha conservadora o reaccionaria, siempre perdedor para las formaciones progresistas. Como las bajadas de impuestos: si un progresista entra, ya le ha entregado la victoria retórica al rival conservador.

Considerando todas estas certezas, es difícil dejar de sorprenderse ante la hiperactividad en redes sociales de los seguidores de todas las formaciones progresistas españolas sobre si es verdad o si es legítimo el leve acortamiento de penas que algunos jueces están aplicando a reos que no han cumplido la condena y que quiere acogerse en la parte baja de los tenedores de penas. Simpatizantes del PSOE, Unidas Podemos, Izquierda, Compromiso e incluso de Más País llevan casi dos semanas enfrascados en esta discusión, mientras la derecha se frota las manos porque piensa que ya le ha ganado, aunque no diga nada.

Lo sorprendente es que la modernización política que se produjo a partir del 2015 en España básicamente consistió en la incorporación a los cargos políticos y asesorías de una nueva generación de politólogos que habían leído Lakoff –y su célebre paradoja “no pienses en un elefante”– y que postulan que los debates no se ganan eligiendo los argumentos, sino eligiendo los debates en sí mismos.

Joshua Lyman, asesor del presidente saliente Jed Bartlet, en 'El ala oeste de la Casa Blanca', se incorpora al equipo de asesores del congresista Matt Santos para tratar de convertirlo en presidente. En su primera reunión con su equipo recita: “La gente cree que una campaña consiste en dos respuestas opuestas a una misma pregunta. Y no es así. Se trata de luchar por la pregunta adecuada”. Lyman quería que Santos hablara de economía y no de seguridad. "Si la campaña se basa en esto, perdemos". El caso es que, por último, Santos decide no evitar el debate de la seguridad, aconsejado por su directora de comunicación, Louise Thornton.

–Tenemos una idea diferente de las campañas –protestaba Lyman.

– Claro: yo las gano.


Pedro Vallín - la vanguardia.com

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