SITOPÍA. EL ANARQUISMO FUTURO



En el año 2022, Carolyn Steel publicó un libro titulado Sitopía: Cómo pueden salvar el mundo los alimentos. Sitopía, es un neologismo que la autora ha acuñado para hablar de la relación entre la comida (sitos, en griego) y el lugar (topos, en griego). Sostiene que vivimos en un mundo condicionado por la comida y nuestro problema estriba en que precisamente no somos conscientes de ello. Muchos de nuestros mayores desafíos —el cambio climático, la extinción masiva, la deforestación, la erosión del suelo, la falta de agua, la contaminación, la resistencia a los antibióticos y las enfermedades relacionadas con la dieta— obedecen al hecho de que no valoramos la comida.

Así que, en toda lógica, Steel teje capítulo a capítulo toda una apología para que el lector se avenga a cambiar de entrada la concepción de los alimentos y, de rebote, todo lo que lleva implícito: la agricultura, la relación con la naturaleza, el sentido incluso de la vida y de la muerte. ¿Cómo puede ser que a estas alturas de la película (de la historia de la humanidad) hayamos sucumbido ante la comida “barata” y “rápida”, que resulta, a la postre, ni barata ni rápida, y que está envenenándonos lentamente?

Uno de los intereses de la gran cultura clásica de Steel es tropezarse de vez en cuando con citas más o menos jugosas. Así, por ejemplo,  según el naturalista Edward O. Wilson tenemos emociones de la Edad de Piedra, instituciones de la Edad Media y tecnología propia de dioses. Y ese es uno de los problemas: hemos permitido que los avances tecnológicos marquen el rumbo, y no siempre lo más “moderno”, léase industrializado, modificado, “mejorado en laboratorio”, es lo mejor, cuando hablamos de comida y de alimentación.

La relación causa-efecto que Steel establece entre la alimentación, el dinero y la crisis del mundo posindustrial es exactamente eso. Cito textualmente: “Cuando la comida era la base de la riqueza, las oportunidades para hacerse rico eran limitadas, pero, aun así, la vida se fundamentaba en la realidad material. Sin embargo, la adopción del dinero desde hace cinco mil años ha reflejado la historia de la civilización y la aparición de un tipo de riqueza que está profundamente desconectado de la tierra y del trabajo.”

Según el economista anglo alemán E. F. Schumacher, nuestra confusión económica y el papel preponderante del dinero hace que no valoremos nuestra mayor fuente de riqueza: la naturaleza. Como no la creamos nosotros, la tratamos como si fuera gratis, pero el hecho de que no la fabricáramos debería hacernos valorarla más y no menos.

Ante la situación crítica global, Steel propugna recuperar los valores del anarquismo, “que existe desde hace casi dos siglos y apenas ha tenido resultados tangibles”. Entonces, “¿por qué interesarse ahora por él?”, se pregunta Steel. Y ella misma se responde: “Con el populismo en auge y el capitalismo tambaleándose, necesitamos más que nunca una visión social que trascienda la dualidad fatal del neoliberalismo y el totalitarismo, que sea capaz de conectarnos en una escala tanto local como global.”

Ese es el verdadero significado de sitopía: utilizar la comida para comprender qué significa ser humano y cómo coexistir con nuestros compañeros humanos y no humanos a lo largo del tiempo. Respecto a las comunes formas de comer, sería bueno atender a lo que Steel expone. No es igual alimentarse con la agricultura industrial o con cultivos cercanos y respetuosos con el medioambiente. Los supermercados y los carros de la compra se llenan de frutas y verduras primorosas, aunque cada vez menos diversas, procedentes de campos de cultivo inmensos. Por otra parte, conseguidas a base de insecticidas que deterioran nuestra salud, a la vez que atacan a los pájaros que deberían librarnos de forma natural de los insectos nocivos. Frutas que ni tan siquiera podemos oler, porque no huelen a nada.

El fin de la globalización puede ayudar a que comamos mejor y  más sano, siempre productos del tiempo y proximidad. No hace falta ser vegano para comer sano, pero si habría que adquirir su filosofía, puesto que ha dejado de ser una moda pasajera para asentarse.

En resumen, Steel considera que valorar lo que comemos y saber lo que es nos permitirá volver a conectarnos los unos con los otros y con nuestro mundo. Y ese es el verdadero significado de sitopía: utilizar la comida para comprender qué significa ser humano y cómo coexistir con nuestros compañeros humanos y no humanos a lo largo del tiempo. A mi modo de ver, esta concepción rima con la de utopía, al menos de momento.

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