La guerra ha provocado una crisis económica que está abriendo la brecha social, precisamente en el continente en el que se inventó el estado de bienestar.
Antes de afrontar un viaje esta semana santa comprueben a ver qué ocurre en el destino. En Inglaterra los aeropuertos están sin servicios auxiliares, en Alemania trenes y autobuses pararon el motor de la economía europea, y los controladores franceses siguen decidiendo qué aviones pasan y cuáles no. Europa se ha convertido en una carrera de obstáculos para trasladarse y el efecto se percibe de inmediato. Ayer mismo para regresar en avión de Ginebra a Barcelona, ¡20 horas!, tras una cancelación, dos escaleras para evitar consumir todo el fin de semana esperando otro vuelo en un hotel de aeropuerto. La apertura de fronteras une el continente, pero cuando las huelgas se repiten en distintos países, el transporte es capaz de bloquearlo y esta semana es la más indicada para que el efecto se note. Europa arde. En algunos países como Francia pasa de forma literal, las manifestaciones se han generalizado y aunque la causa aparente es un retraso de la jubilación tras el que subyace el descontento por las secuelas de una crisis sanitaria, entrando en otra por la que es necesario financiar armamento, mientras se suben los precios y la inflación deja exiguos los salarios, informa Rafael Vilasanjuan al periódico.
Mientras, en el Oasis Español, todo es calma y orden. La reforma laboral es alabada por la OCDE y funciona, el paro está contenido, el IPC ha descendido este mes pasado al 3,3% y el PIB creció el pasado año un 5,5%. La reforma de las pensiones le ha salido redonda al Gobierno con el apoyo de Europa, los Sindicatos y los socios de la moción, solo con la oposición de Pp y VOX, pero como estos se oponen a oponerse a lo que proponga el gobierno, no cuentan ni importan. Mientras, la izquierda se pelea, y la derecha tropieza en sus alfombras, Feijoo no da una a derechas, y Pedro Sánchez, tan feliz en China, reuniéndose en Xi Jinping, como embajador de Europa, una Europa que pronto presidirá España, o sea él.- Sabadell: 2.4.2023
Evidentemente, algo falla, como falló todo en el oasis catalán, cuando saltó por los aires. La inflación subyacente es elevada (7,5%), afectando directamente al bolsillo de los consumidores que de momento resisten la presión sin protestar. Veremos hasta cuándo se mantiene esta situación, teniendo en cuenta que se avecinan elecciones, no parece que haya - de momento - muchos cambios, pero el segundo semestre puede ser complicado. Mientras, el euríbor cierra marzo con un 3,647%.
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