Una mentira solo se sostiene cuando quien la fórmula recuerda lo que dijo mejor que su receptor. Pero está claro que el votante aún no ha tenido tiempo de olvidar lo que aseguraron los candidatos justo antes de las elecciones y las investiduras. Nadie es tan tonto como para dejarse engañar, ya sabemos que va a suceder, salvo honrosas excepciones como en Extremadura. Siempre ha sido así, y a pesar de ello seguimos votando.
El futuro se construye a partir de la memoria, de la que hoy tenemos más evidencias que nunca, y no se puede eludir la misma y menos aún negarla. La reparación empieza a ser urgente, y en las cunetas quedan aún demasiados huesos por desenterrar.
No ayuda en nada una lona como la de la fotografía que han colgado los obscenos de VOXen Madrid. Me retrotrae automáticamente al anticipo de una noche de cristales rotos. Avisados estamos, como en el poema de Martin Niemöller: Cuando vengan a buscarme, no habrá nadie más que pueda protestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario