Esta decisión ha molestado profundamente a Nuri, y tiene razón de molestarse. Nuri nunca fuma en la calle, bueno, solo un cigarrillo los viernes al mediodía, sentada en un banco de un parque, pero el cigarrillo cuando acaba de fumar, lo apaga en el suelo lo recoge y lo deposita en el contenedor o en una papelera. Por tanto, se encuentra con lo de pagar justos por pecadores, y la verdad, ir al Estanco o a una maquinilla a retornar las colillas, una a la semana en el caso de Nuri, me parece, no ya una tontería sino una ofensa a la inteligencia, que lo que quiere decir, es que para una ciudadana – en su caso – portarse bien, en vez de premio, tiene castigo. Y esto además va contra los fumadores que suficientemente nutren las arcas del Estado.
Otra falacia ofensiva es que los fumadores cuestan dinero al erario. Mentira podrida. Hablaba de ello un lejano año 2009 (D.C.) a raíz de un comentario de Júlia Costa: "Habla Júlia en su comentario de hoy de cómo han dado la noticia de la enfermedad de Paul Newmann de 83 años, enfermo terminal de cáncer de pulmón, y se queja de cómo recalcan que era fumador empedernido. a una edad (83) que si no tienes un ajo tiene una cebolla, eso si hemos podido llegar, fumemos o no. Y es curioso este integrismo contra los fumadores, porque el comentario de Julia viene dado por otro de Quim Monzó ironizando sobre la cuestión, al entorno a un cuadro donde se muestra una mujer desnuda, fumando, parece que en su época la obra de arte sufrió los ataques de los puritanos de entonces y ahora los de los puritanos de nuestro tiempo, pero no por la desnudez sino por el cigarrillo que es, dicen, un mal ejemplo: Monzó bromea con el tema de la pipa de la paz de los indios, que ya no se podría fumar, o con la de Jacques Tati (a quien le han quitado la pipa para ponerle una flor en el metro de París). - Añadiría a Humphrey Bogart en la lista, Sara Montiel o Santiago Carrillo".
La obsesión hipócritamente enfermiza del Estado hacia los fumadores es casi paranoica. En primer lugar es el propio Estado quien les vende la droga (tal y como la llaman), en segundo lugar, este estado ingresa cada año 3 billones de las antiguas pesetas de beneficio por el impuesto sobre el tabaco, de tal forma que si los fumadores (que serán un 35/40% de la población) dejaran todos de fumar de repente y encima de coger el coche enviaran al Estado a la ruina. Lo curioso es cuando aducen que el fumador cuesta dinero a las arcas del Estado. Mentira y falacia donde las haya. Vamos por palmos, la gente en general tiene la costumbre de morirse toda ella sin excepción, punto número uno, y suele hacerlo casi siempre de las tres ces: Corazón, Cáncer, Carretera, o bien de viejo como Carrillo.
Los fumadores, pues, se acaban muriendo de lo mismo que los que no fuman y posiblemente, si el tabaco es tan nocivo como dicen para su salud, lo hacen antes, salvo que tiene el estado en gasto sanitario por longevidad, que el personal no fumador todos los días llega a más años de vida convenientemente drogados y atiborrados de pastillas por los receptadores oficiales de droga legal médica del Estado.
He visto morir abstemios de cirrosis y no fumadores de cáncer de pulmón, y he visto morir alcohólicos de cirrosis y fumadores de cáncer de pulmón, por tanto, teniendo en cuenta que el coste final de gasto público sanitario es el mismo, hay que tener en cuenta que los fumadores, encima de los impuestos que paga cualquier ciudadano aspirante a cadáver, pagan los impuestos del tabaco, o sea que contribuye más a las arcas del estado que un no fumador, y su finiquito con la vida cuesta exactamente lo mismo, creo que deberían hacérselo mirar y hacer pagar más impuestos a quienes no fuman para evitar un agravio comparativo con los fumadores."
Publicar un comentario