Ahora que ya se empiezan a suspender obras de teatro si en ellas tratan la homosexualidad o van de maestros republicanos fusilados, hablemos de las simpáticas cabras miotónicas. A estas estrellas de YouTube y TikTok se las denomina también cabras pata palo, o de Tennessee, y su particularidad radica en que se desmayan en cuanto se asustan. No es que finjan el desmayo como medida de defensa, sino que el patatús es real. Abren sus cuatro patas, se convierten en un taburete y se desploman. Parecen muertas o desvanecidas, pero no pierden vida ni conocimiento sino que, simplemente, son estúpidas. Cuando se dan cuenta de que no era para tanto, se levantan y siguen andando tan panchas, hasta el próximo susto.
En realidad, estas cabras no son responsables de ser idiotas, sino que comparten una alteración congénita conocida como enfermedad de Thomsen. Esta consiste en que, al entrar en pánico, se produce una contracción inmediata de tipo muscular y caen a peso. El desmayo de esas cabras, como el voto para algunos, no implica inconsciencia, sino solo terror. Lo risible de las cabras miotónicas es que no saben distinguir entre un lobo hambriento y un paraguas abriéndose frente a ellas.
El desmayo de las cabras, como el voto para algunos, solo implica terrorñ
Esta variedad miotónica da leche, queso, carne, muchos municipios y alguna que otra autonomía. También Ripoll. Son utilizadas para la protección de los rebaños de ovejas en campo abierto, ya que si aparece un depredador las ovejas salen corriendo velozmente, mientras que las cabras miotónicas se quedan paralizadas, sirven como carnaza inmóvil para el lobo asaltante y, de este modo, se salva el rebaño. Todo eso suena a un poema que se atribuye a Bertolt Brecht pero es de Martin Niemöller, pastor de cabras luteranas y encierra la advertencia de que hay que enfrentarse a los lobos si no quieres que te acabe devorando un paraguas. Carlos Zanón.
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