El ruido que genera la política eclipsa los problemas reales de nuestra sociedad. El foco mediático está en la compleja investidura del próximo presidente del Gobierno y el resto, salvo la incursión del caso Rubiales, queda en un triste segundo plano. Así, los malos datos de la educación en España en comparación con los países de nuestro entorno han dejado de ser noticia. El informe que la OCDE publicó ayer deja a nuestro país como líder de la lista europea de abandono escolar, con un 13,9% (entre los 18 y los 25 años). Seguir estando en la cola no llama la atención. La novedad sería que cambiásemos esta tendencia. Piensen además en el dato que supone que el 26,5% de los jóvenes que tienen de 25 a 34 años no han pasado de tercero de ESO y un 17% de entre 18 y 34 son ninis... ni estudian, ni trabajan.
La educación en España es un problema estructural. Ahora es cuando podríamos recuperar algunos de los editoriales que hemos escrito en La Vanguardia durante estos últimos años para volver a recordar aquello de que falta inversión, mejoras para el profesorado y, sobre todo, estabilidad legislativa, ya que cada cambio de gobierno supone la confección de una nueva ley.
Según los datos del INE, en estos últimos años la cifra de abandono escolar se ha ido reduciendo en España de forma paulatina, pero la cifra global del 2022 situaba al 16,5% del total en los hombres y el 11,2% en las mujeres. La media de la UE es de 11,1% para los hombres y 8% para las mujeres. Una distancia aún muy significativa.
España tiene un problema grave de futuro provocado por el envejecimiento de la población y la baja natalidad. Si los jóvenes, que conforman una población porcentualmente más pequeña en comparación con los adultos en edad de prejubilación, no están bien formados, nuestro país se resentirá gravemente. Si a ello le añaden el alto número de estudiantes que sí que reciben buena formación pero optan por marcharse a trabajar al extranjero, el resultado final es para ponerse a temblar.
Vale la pena que insistamos en ello. La educación es fundamental y siempre debería ser noticia. - editorial de lavanguardia.com
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