La semana pasada volví a ver Blade Runner de Riddley Scott, en la versión del director, que cambia el final, más coherente que en la primera versión, que vi en un cine de Madrid en su estreno. No recuerdo el nombre del cine, pero sí que recuerdo estaba junto a un VIP.
La película ha envejecido muy bien, podía haber sido estrenada hoy mismo y no desentonaría, y eso que hace ya 41 años de su estreno. Blade Runner está inspirada vagamente en un cuento corto de Philip K. Dick, muy vagamente, lo que más ha quedado en la memoria de todos es el monólogo final de Roy Batty antes de expirar, por cierto que Rutger Hauer murió el año 2019, el mismo año en el que está ubicada la película.
"Una vez me pasó: me fundí y alguien acababa de adquirir un animal. Y otro día -sus rasgos se oscurecieron por un instante; el placer se había disipado-, sentí en una persona al animal que había muerto, otros tenían alegrías por compartir... Yo no tenía ninguna, como sabes, pero eso reanimé a esa persona, uno puede llegar hasta un suicida en potencia, lo que uno tiene, que uno siente, puede. ..
-Ellos recibirán nuestra alegría -replicó Rick-, pero nosotros cambiaremos lo que sentimos por lo que ellos sienten y la perderemos. -No vamos a perder realmente lo que sentimos, si lo tenemos claramente en el espíritu.
Nunca has oído del todo la fusión, ¿verdad, Rick?".
"Yo he visto cosas que vosotros no no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.. .. Es hora de morir".
Quizás no debería sorprendernos el personaje de Roy Batty, porque los replicantes han estado aquí desde siempre, dentro de nosotros, camuflados bajo las vestiduras de la empatía y la compasión, esperando sacar después de una catástrofe, el hambre, una guerra .
En la Crónica de gueto de Varsovia, de Emmanuel Ringelblum, existe un pasaje casi insoportable que profetiza la novela de Dick y el triunfo de los replicantes, cuando una familia judía recibe la visita de un oficial que avisa de que les quitarán las sus pertenencias. La madre le suplica, llorando, y el oficial responde que no se llevarán nada si adivina cuál de sus dos ojos es artificial. «La izquierda» dice a la mujer sin dudarlo. Cuando el oficial, sorprendido, le pregunta cómo lo ha adivinado, ella contesta: "Porque parece humano".
- Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? -
Uno se queda pensando si la banalización de la muerte por parte de las sociedades hiper bien instaladas podría ser entendida por los humanos de Gaza, por ejemplo.
ResponderEliminarNo lo sé, la gente se acaba acostumbrando a todo. Aunque lo de Gaza sobrepasa todos los límites.
ResponderEliminar"Solo un miserable permanece impertérrito ante el anuncio o la visión de un bombardeo como los que estos días caen sobre la Franja. Porque un niño judío llora igual que uno palestino" - Joaquín Urías, y añadía: "Mientras sigan cayendo bombas, donde sea, que destrozan a niños, ancianos y civiles, cualquiera que lo justifique es un miserable que deshonra el concepto mismo de humanidad"