No cabe duda de que la sociedad actual es mucho más instruida que las precedentes. La educación escolar obligatoria hasta la ESO puede calificarse de hegemónica. Se aprenden una panoplia de contenidos universales que en teoría dotan a los estudiantes de un sólido fondo capaz de ser ampliado más adelante. Quienes no hayan querido aprender y se hayan limitado a pasar de puntillas sobre el currículum serán los únicos responsables de vivir en la ignorancia. Enseñanzas que pronto se vinculan a las expectativas en el mercado de trabajo, que pasa a toda marcha de la sociedad industrial a la del conocimiento. Y en el seno de esta, se lleva sobre las herramientas informáticas a la inteligencia artificial. Un mundo nuevo que agita a las empresas y, al mismo tiempo, a los trabajadores. Pero esto es solo la teoría que queda muy bien sobre el papel. Como hemos visto en los resultados del último informe PISA, en la práctica esta historia de Robert Kurz nos transporta a la realidad.

"Hace mucho que se habla de la "casa inteligente", que regula por sí sola la calefacción y la ventilación, o de la "nevera inteligente", que encarga al supermercado la leche que está a punto de terminar. Nuevas creaciones son el "cesto de la compra inteligente", que llama la atención del consumidor sobre las ofertas especiales, o la "raqueta inteligente", que con un sistema electrónico embutido permite al tenista de un servicio especial, mucho más potente.
¿Será éste el estadio final de la evolución intelectual moderna? ¿Una grotesca imitación de nuestras más triviales acciones cotidianas por las máquinas, conquistando así una consagración intelectual superior? La maravillosa sociedad del conocimiento aparece como sociedad de la información, porque se empeña en reducir el mundo a un cúmulo de informaciones y procesamientos de datos, y en ampliar de forma permanente los campos de aplicación de los mismos".
Quizás por eso la gente conoce, pero no sabe, quizá por eso los jóvenes y no tan jóvenes no leen y tienen dificultades de comprensión lectora. Quizás cada vez estamos más cerca de la sociedad de la Idiocracia, y más lejos de la del conocimiento.