UNA FÁBRICA DE ASESINATOS EN MASA

La autorización extendida del ejército israelí para bombardear objetivos no militares; la relajación de las limitaciones impuestas en cuanto a las muertes de civiles previstas, y el uso de un sistema de inteligencia artificial para generar más objetivos potenciales que nunca parecen haber contribuido a la naturaleza destructiva de las fases iniciales de la presente guerra de Israel en la Franja de Gaza, según revela una investigación de +972 Magazine y Local Call. Es probable que estos factores, como explican miembros y exmiembros de los servicios de inteligencia israelíes, hayan contribuido a producir una de las campañas militares más mortíferas contra los palestinos desde la Nakba de 1948.

La investigación llevada a cabo por +972 y Local Call está basada en conversaciones con siete miembros y exmiembros de los servicios de inteligencia israelíes –entre ellos, empleados de la Fuerza Aérea e inteligencia militar que formaron parte de las operaciones israelíes en la Franja asediada–, además de testimonios palestinos, datos y documentación de la Franja de Gaza y comunicados oficiales del portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y de otros organismos estatales israelíes.

Comparada con los anteriores ataques israelíes en Gaza, la guerra actual –que Israel ha denominado “Operación Espadas de Hierro” y que comenzó tras el ataque dirigido por Hamás al sur de Israel el 7 de octubre– ha visto al ejército ampliar de manera significativa el bombardeo de objetivos cuya naturaleza no es claramente militar. Entre ellos figuran residencias particulares, así como edificios públicos, infraestructura urbana y bloques de pisos, que las fuentes afirman que el ejército denomina “objetivos de poder” (matarot otzem).

El bombardeo de objetivos de poder, según fuentes de inteligencia que experimentaron de primera mano su aplicación en Gaza en el pasado, está orientado principalmente a provocar daño a la sociedad civil palestina: “Generar una conmoción” que, entre otras cosas, tenga una fuerte repercusión y “lleve a los civiles a presionar a Hamás”, en palabras de una de nuestras fuentes.

El ejército israelí tiene ficheros de la inmensa mayoría de objetivos potenciales en Gaza –incluyendo viviendas– que estipulan el número de civiles que es probable que mueran en un ataque a un objetivo en particular

Varias fuentes, que hablaron con +972 y Local Call con la condición de respetar su anonimato, confirmaron que el ejército israelí tiene ficheros de la inmensa mayoría de objetivos potenciales en Gaza –incluyendo viviendas– que estipulan el número de civiles que es probable que mueran en un ataque a un objetivo en particular. El número se calcula y lo conocen con antelación las unidades de inteligencia del ejército, que también conocen con seguridad poco antes de llevar a cabo un ataque cuántos civiles más o menos van a morir.

En un caso que comentaban las fuentes, un mando del ejército israelí aprobó a sabiendas el asesinato de cientos de civiles palestinos para intentar acabar con un único alto comandante militar de Hamás. “Las cifras aumentaron desde docenas de muertes [permitidas] de civiles como daño colateral en el marco de un ataque a un oficial superior en operaciones anteriores, hasta cientos de muertes de civiles como daño colateral”, afirmó una fuente.

“Nada ocurre por accidente”, señala otra fuente. “Cuando una niña de tres años muere en una casa en Gaza, es porque alguien en el ejército ha decidido que no pasaba nada por matarla, que era un precio que merecía la pena pagar para alcanzar [otro] objetivo. Nosotros no somos Hamás. No disparamos cohetes sin apuntar. Todo es intencionado. Sabemos exactamente cuánto daño colateral hay en cada casa”.

Quien nos iba a decir, que en el siglo XXI podríamos contemplar en directo, desde casa, el genocidio de todo un pueblo, un genocidio físico y estructural, y no mover ni un dedo para evitarlo. No decían que lo  de Srebrenica no se volvería a producir?, pues se ha repetido, más cerca, corregido y aumentado. - Yuval Abraham - leer más en Ctxt.es.

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