A principios de los años noventa se popularizó en España el término take away (para llevar), mientras que en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá y Australia ya estaban con el free delivery (entrega gratuita). No es de extrañar que cuando la digitalización llegó para cambiar nuestras vidas, el mundo anglosajón asumiera el paradigma de inmediato, mientras nosotros iniciábamos un debate sobre los aspectos negativos del efecto internet. Estas discusiones duraron años y no fue hasta la pandemia que nuestro entorno aceptó la digitalización de forma total. Perdimos dos décadas a asumir lo irremediable.
Ahora con la inteligencia artificial (IA) corremos el peligro de que ocurra lo mismo. La digitalización evolucionará sin detenerse y quienes pierdan demasiado tiempo argumentando el efecto negativo de la IA perderán oportunidades. Es evidente que la IA tiene aspectos preocupantes, por eso muchos científicos se refieren a su aparición como un “momento Oppenheimer”, como llaman los períodos en los que un avance significativo puede poner en riesgo nuestro sistema de vida. Es verdad que la IA transformará y eliminará muchos puestos de trabajo y su utilización puede ser malévola. ¿Pero no es esto lo que ha pasado a lo largo de los siglos con otros grandes cambios? La clave está en alinear la IA con los objetivos positivos de la civilización. La IA debe hacer frente con cautela, pero sin miedo. Debemos ver cómo puede ayudarnos, a la vez de cómo nos puede perjudicar. No dejar que lo desconocido, lo nuevo, nos dé miedo. Pero en ese orden. un ejemplo de cómo la IA nos puede ayudar, lo tenemos en la aplicación Relisten que la Generalitat pretende implementar en las consultas de los CAP.
De acuerdo con el calendario de los impulsores, muy pronto los pacientes de los médicos de familia de Catalunya explicarán sus dolencias no solo al facultativo sino también a una entidad invisible que se ocupará diligentemente de transcribir la conversación, traducir la exposición al lenguaje médico e incorporarla a la historia clínica del usuario. Relisten, una plataforma basada en inteligencia artificial (IA), se ocupará de este trabajo. El sistema ha convencido a los interesados y está a punto de afrontar la última prueba para ser implantado en todos los centros de asistencia primaria catalanes.
En un contexto de escasez de facultativos y de agendas atiborradas, la IA se presenta como una herramienta capaz de asumir parte de la carga burocrática. Según el Centre per a la Integració de la Medicina i les Tecnologies Innovadores (Cimti), Relisten puede reducir hasta un 60% el tiempo que los médicos destinan a gestionar las notas clínicas, de manera que el facultativo puede prestar más atención al paciente. “Es una ganancia para los profesionales, que se ahorran un tiempo que tiene cero o muy poco valor para ellos”, afirma Anna Gómez, directora de operaciones del Cimti.
El procedimiento no puede ser más sencillo y solo requiere un aparato físico: un micrófono normal y corriente. El médico activará la aplicación desde el ordenador, y Relisten comenzará a grabar e interpretar la conversación entre profesional y paciente y a generar las notas clínicas estructuradas en lenguaje médico. El sanitario únicamente tendrá que validar las notas de la inteligencia artificial para que se integren en la historia clínica, el documento legal que recoge todos los datos sobre la salud y los servicios sanitarios prestados a una persona con el fin de proporcionarle una correcta asistencia médica.
La incómoda imagen del facultativo tecleando mientras escucha al paciente, dando la impresión de que no presta la atención adecuada, puede pasar a la historia. El médico podrá centrarse en el enfermo para conseguir datos más completos, al mismo tiempo que, según las pruebas preliminares, con la reducción del papeleo el tiempo de una consulta disminuye entre un 15% y un 25%. Calcula el Cimti: “Si un médico dedica 12 minutos a cada consulta, aproximadamente, necesita tres para introducir en la historia clínica el estado en el que llega el paciente, la revisión que se le hace, el diagnóstico y el tratamiento indicado, con Relisten solo requerirá un minuto para revisar las notas clínicas, ahorrando un 67% del tiempo dedicado a este trabajo y un 17% del total de la visita”.
El doctor Josep Vidal, uno de los profesionales que están participando en el desarrollo de la plataforma, opina que Relisten “nos puede dar más tiempo para dedicar a los pacientes”. La nueva herramienta, desarrollada por la empresa Recog, será presentada hoy en el 4YFN, certamen de innovación vinculado al Mobile, y en junio será sometida a una prueba piloto en seis centros de asistencia primaria catalanes como paso previo a su salida al mercado. “La estaremos probando durante tres o cuatro meses. Queremos hacer al menos 400 minutos para ver qué pasa. Hablaremos con los pacientes para que nos den permiso para grabar la visita, haremos encuestas de satisfacción a los usuarios y al personal y evaluaremos cuánto tiempo nos ahorra”, explica Vidal, que también es coordinador de la unidad de investigación e innovación de la Catalunya Central del ICS.
Anna Gómez considera que el beneficio para la salud pública es evidente, puesto que el ahorro de tiempo asistencial se traducirá en una reducción de las esperas y, finalmente, se aliviará la carga del sistema. “Si todo sale como está previsto, la voluntad del Cimti y de la Fundació TIC Salut Social es que se pueda escalar e implantar en todos los CAP (346) de Catalunya a lo largo del año que viene”, anuncia. El siguiente paso sería la extensión a los hospitales, puesto que la solución ya está preparada para doce especialidades.
Remarca Vidal que el médico no pierde atribuciones: “No hay que tenerle miedo a la IA, al contrario. Nuestro criterio médico siempre resultará decisivo a la hora de validar la interpretación que haga la tecnología, por lo que creo que no tenemos que preocuparnos por que la IA nos sustituya”. - ANTONI LÓPEZ TOVAR en la vanguardia.com,
No hay comentarios:
Publicar un comentario