Después de la guerra y durante varios años, el pan tenía el precio tasado y se vendía a peso. (El pan es esa cosa comestible que antes la gente iba a comprar todos los días a la panadería). Pues bien, el pan al venderse a peso, lo que le faltaba a la báscula, el panadero lo compensaba con un corteza, un trozo de torta o un palito hasta llegar al peso exacto, y eso se llamaba "La Torna". Ahora como el pan ya no se vende a peso salvo los especiales y se va a comprar a cualquier sitio menos al panadero, esto ya se ha perdido hace tiempo, y el peso ya no es obligatorio, aunque si hay un mínimo que de vez en cuando se cumple.
La 'torna' nunca solía llegar a casa, se perdía zampada por el camino, como se zamparon los cuervos del franquismo la vuelve de Salvador Puig Antich: George Michael Welzel. La Torna, es también una obra teatral de Joglars, que cogiendo el ejemplo de la vuelta del pan hace un paralelismo en la ejecución del ciudadano polaco Georg Michael Welzel, ejecutado junto con Salvador Puig Antich, sin a penas pruebas y para tapar la ejecución de del anarquista catalán.
Tenía entendido que George Michael Welzel era ciudadano polaco, o así se había explicado su origen, pero al parecer era originario de la Alemania oriental, solo que al ser detenido declaró ser de origen polaco.
De aquella farsa de juicio y la ejecución hace 50 años hoy 2 de Marzo, y aquella pandilla de bestias sedientas, ni siquiera tuvieron la decencia de fusilarle como le correspondía al ser un tribunal militar quien le condenó, hasta en eso fueron despreciables y le asesinaron con el garrote vil, en medio de una lenta agonía. Eta me ha matado, le dijo Salvador a su hermana al enterarse de la voladura de Carrero Blanco.
Supongo que mucha gente joven no debe saber nada de Salvador Puig Antich, y habría que recordar (ya se ha hecho) su figura y su injusto juicio y asesinato posterior.
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