Para los habitantes del mundo feliz, la vejez no es aceptada. Esto se refleja cuando Lenina observa de lejos a un anciano en la reserva de salvajes, y cuando deciden que es preferible suministrar soma a Linda hasta matarla porque “no pueden rejuvenecerla”.

—¿Viejo? —repitió Lenina—. Pero… también el director es viejo; muchas personas son viejas; pero no es así.

—Porque no les permitimos ser así. Los reservamos de las enfermedades. Mantenemos las secreciones internas equilibradas artificialmente de forma que conserven la juventud. No permitimos que su equilibrio de magnesio-calcio baje por debajo de lo que estaba a los treinta años. Les damos transfusiones de sangre joven. Estimulamos de manera permanente su metabolismo. Por eso no tienen ese aspecto. En parte —añadió— porque la mayoría mueren antes de alcanzar la edad de ese viejo. Juventud casi perfecta hasta los sesenta años, y después, ¡plas!, el final.

- Trabajos, juegos... A los sesenta años nuestras fuerzas son exactamente las mismas que a los diecisiete. En la antigüedad, los viejos solían renunciar, retirarse, entregarse a la religión, pasarse el tiempo leyendo, pensando... ¡Pensando!. En la actualidad el progreso es tal que los ancianos trabajan, cooperan, no tienen tiempo que no puedan llenar con el placer, ni un solo momento para sentarse y pensar, y si por desgracia se abriera algún resquicio de tiempo en la sólida sustancia de sus distracciones, siempre queda el soma, el delicioso soma, medio gramo para una tarde de fiesta, un gramo para un fin de semana, dos gramos para un viaje al bello Oriente, tres para una oscura eternidad en la luna, y vuelven cuando se sienten ya al otro lado de la grieta, a salvo en la tierra firme del trabajo, y la distracción cotidiana, pasando de sensorama a sensorama, de chica a chica neumática, de campo de golf electromagnético a...

... La religión es el último sacrificio del viejo mundo para asegurar la felicidad. Mustafá Mond, entiende que los hombres recurren a la religión tarde en la vida, cuando temen a la muerte. La religión es un sustituto por la pérdida de la juventud. Mond explica que desde que la sociedad erradicó el miedo a la muerte y la ciencia mantiene a todos jóvenes hasta la muerte, la religión es innecesaria. Lee a John pasajes de La imitación de Cristo de Thomas à Kempis y de un trabajo del Cardenal John H. Newman para demostrar esta dependencia con Dios de la sociedad previa, afirmando que ésta ya no es necesaria. Mond también señala que las personas sólo creen en Dios cuando su acondicionamiento lo sugiere. El Salvaje argumenta, por su parte, que la soledad llevaría a las personas a visualizar a un dios instintivamente, pero como la sociedad ha eliminado la soledad, las personas no pueden contemplar el mundo en sus propios términos. John se queja de que la sociedad impide que las personas descubran la verdad por sí mismos.

Mustafá y John después discuten sobre el significado de la vida y la búsqueda de la felicidad. John afirma que la felicidad es un castigo a los hombres porque se han excedido de sus agradables vicios. Mustafá argumenta que, según los estándares de su sociedad, cada hombre es feliz y perfecto tal y como es. La discusión sigue, mientras Mustafá condena la abnegación como mala para la economía y opuesta a la felicidad, la castidad por el camino hacia la pasión y la pasión como causante de inestabilidad. Mustafá entiende que la nobleza y el heroísmo solo existen cuando reina la inestabilidad política, por lo que son innecesarios.

Pues yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, quiero poesía, peligro real, libertad, bondad, pecado...

... En suma. Contesta Mond - usted reclama el derecho a ser desgraciado, sin hablar del derecho a envejecer, a volver feo, a tener sífilis y cáncer, a pasar hambre, a ser polvoriento, a vivir con el temor constante de lo que pueda pasar mañana, el derecho , en fin a ser un hombre atormentado,

Reclamo todos estos derechos, lo reclamo todo, concluye el salvaje,

Mustafá Mond, se encoge de hombros, y le dice:

Están a su disposición.

- El mundo feliz - Aldous Huxley - fragmento.