La visita de Javier Milei a Madrid ha incomodado a casi todo el mundo, desde el Rey hasta el Gobierno, pasando por el Ibex, que no envió a sus presidentes a hacerse una foto con el político argentino, e incluso a la gente de fe que le oyeron decir hace unos meses que el papa Francisco era un imbécil y el representante del maligno en la Tierra. Casi nadie con mando en plaza lo recibió: incluso Alberto Núñez Feijóo se fue a Murcia para hablar de agricultura. La verdad es que su anfitrión, Santiago Abascal, se desvivió por el personaje, hasta el punto de organizarle un aquelarre en la plaza de Vista Alegre, donde, en lugar de mugir como un toro, salió al estrado rugiendo como un león, que es algo con lo que le gusta intimidar al auditorio. Pero el tipo no es el rey león, sino el soberano del exabrupto. Pero más allá del incendio irresponsable del presidente argentino, que ya venía caliente por una declaración impropia del ministro de Transportes, Óscar Puente, lo más grave que declaró nada más llegar a España, en un acto de La Razón, es que la justicia social era una aberración. También afirmó que el control de capitales es inmoral y los impuestos son un robo. ¿Qué entiende el tipo de la motosierra por aberración? Se empiezan diciendo en los mítines “yo soy el león” y se acaba pensando que el mundo debe regirse por la ley de la selva. Decir eso alguien de un país como Argentina, con un umbral de pobreza del 44.9% para el cuarto trimestre de 2023 y 51,8% para el primer trimestre de 2024, y una inflación del 289%, resulta un desatino.  U gobernante que afirma que la justicia social es una aberración, debe ser inmediatamente apartado de su cargo en un país medianamente democrático. 

Se sorprende la gente de acá de que los argentinos votaran a un personaje como Milei. Bueno, vistos los precedentes tampoco es tan extraño, de la desesperación sale el voto más extraño. El Papa Francisco le explicó esta anécdota off de récord a Juanma Moreno Bonilla en su visita al Vaticano: "Cuando Dios repartía las riquezas en el mundo, muchos se quejaban: Dios, ¿por qué a Argentina le has dado el petróleo?, ¿Por qué Argentina tiene cereales?, ¿Por qué Argentina tiene minerales? ¡Dios! ¿Por qué le das todo a Argentina? Y entonces dice Dios: Porque también les he dado a los argentinos unos gobernantes nefastos para compensar".