Más claro imposible. “Trabajar menos, follar más”. Los Joves Ecosocialistes (Comunes) repartieron ayer en la manifestación del 1 de mayo en Barcelona condones acompañados de ese lema. “Disfruta del tiempo, vive tu vida”, se leía en el envoltorio en el que los entregaban. El reclamo de fondo, más propio del día, era la semana laboral de 32 horas, trabajar cuatro días. Menos horas de trabajo, más tiempo libre para dar rienda suelta al amor. “32 horas de jornada, para todo aquello que quieres hacer y cuando lo quieres hacer”. “Trabajar menos, vivir mejor”, reiteraba. El empaquetado lo completaba un QR para afiliarse. Los encargados de repartir los preservativos detallan que tenían unos 400 para entregar entre los asistentes. Pero al llegar la manifestación a su punto final les quedaban un centenar por repartir. No se veían muchas caras jóvenes para colocarlos, admitían con algo de resignación. Igual la juventud prefería usar las horas del festivo precisamente para otras cosas...


A propósito del día 1 de mayo y de los trabajadores y trabajadoras, aquí os dejo una deliciosa anécdota cubana, de un espía de la CIA enviado por Nixon o por Reagan o por Clinton para saber lo que pasa en Cuba:"Señor Presidente, no hay desocupación pero nadie trabaja. Nadie trabaja, pero según las estadísticas se cumplen todas las metas de producción. Se cumplen todas las metas de producción, pero no hay nada en las tiendas. No hay nada en las tiendas pero todos comen. Todos comen, pero también todos se quejan constantemente de que no hay comida y de que no tienen ni desodorantes. La gente se queja constantemente, pero todos van a la plaza de la Revolución a vitorear a Fidel. Señor Presidente, tenemos todos los datos y ninguna conclusión.

Que no haya paro en Cuba, tiene su lógica, para ir de Varadero a La Habana (en 2009) debía cogerse el autobús Via Azul, el recorrido de unos 100 kilómetros lo hace en dos horas largas, debido a que a mitad del viaje se detiene a merendar o almorzar según la hora del viaje. Para despachar los billetes se necesitan 3 personas, una que arranca el billete, otra que escribe el nombre del viajero, y una tercera (la encargada) que pone un sello. Si aplicamos esta norma a todos los ámbitos de la administración, se entiende que no haya paro en Cuba.