María Gámez ocupó el cargo de Directora General de la Guardia Civil desde el 17 de enero de 2020, hasta el 22 de marzo de 2023. Con su nombramiento, a propuesta del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y aceptada por la ministra de Defensa, Margarita Robles, la política malagueña se convirtió en la primera mujer al frente de esta institución con 175 años de historia. En el citado 22 de marzo del pasado año, Gámez presento su dimisión voluntaria tras hacerse público que su marido había sido imputado en una causa judicial. Una imputación que ella siempre calificó de injusta, pero que acató sacrificando su cargo para no dañar a su familia, al propio cuerpo de la Guardia Civil y al Gobierno de España.

Ahora, el tiempo le da la razón cuando defendía la honestidad de su pareja y la justicia declara inocente de manera contundente a su marido. Caso cerrado. Eso sí, el daño de todo tipo que ese error judicial le ha conllevado ¿Quién lo repara? ¿Quién y cómo se le elimina el daño reputacional, familiar y político causado? ¿Cómo se devuelve a su estado una brillante y fulgurante carrera política truncada por una decisión judicial errónea?. Esas preguntas y otras trufadas de reflexiones muy serias sobre la política y estos riesgos, son desgranadas en una carta que María Gámez ha hecho pública para defender tanto su trayectoria como la inocencia cuestionada de su marido.

Ya en el momento de su dimisión voluntaria como responsable de la Guardia Civil, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, calificó su renuncia como un “ejemplo de honestidad, de lealtad a unos principios y de decencia democrática”… y no le faltaba razón. En la misiva publicada en sus redes sociales, la ex directora general de la Guardia Civil plantea su análisis personal y el hecho de la necesidad de buscar alternativas que eviten lo que califica como “experiencias tan injustas” como las sufridas por ella y su entorno familiar. En ese sentido, cree que “sería deseable que todos hiciéramos una seria reflexión colectiva a este respecto, y exploremos cómo evitarlo. Nos va la democracia en ello”, además del daño que ha generado esta situación tanto en el ámbito “personal, familiar, reputacional y profesional a su marido, ella y sus hijos, lo que entiende que “no tendrá jamás reparación posible”. Recuerda Gámez en la carta que tras conocer que su marido estaba imputado en una causa judicial, siempre confió totalmente en su honestidad e inocencia. Es aquí cuando hace mención en el hecho de que aunque la causa no guardaba ninguna relación con su actividad ni con sus responsabilidades políticas, tomó “aquella decisión para no perjudicar a mi familia ni a la propia Institución de la Guardia Civil, y también con ello al Gobierno de España”. “Era consciente de que mantenerme en el cargo en esas circunstancias sería utilizado en contra de todos ellos. 15 meses después de esa imputación, la justicia ha dicho que no hay nada y ha acordado el archivo de la causa. Es más, se ha anulado la providencia por la que se le declaró imputado; es decir, que nunca se le debió imputar".

Subraya Gámez que se he tomado un tiempo de reflexión antes de escribir estas líneas, “porque lamentablemente esta 'práctica' u otras parecidas, se han usado antes que conmigo, con otras personas del ámbito político, y muy especialmente con compañeros de mi partido con los que compartí parte de mi vida política, en Andalucía, y que han sufrido mayor escarnio que lo que a mí me ha pasado, para sonrojo de aquellos que creen en la democracia. Es lamentable que no parezca posible nada más que hacer que contemplar este escenario, atónitos, frente a todo lo que está pasando. También parece que va a seguir ocurriendo, si nada ni nadie lo impide”. Continúa justificando la razón de la carta. “Pero ese tiempo de silencio por mi parte necesita cerrarse con estas mis letras, porque creo que debo contribuir a ponerlo de relieve, expresarme en primera persona, y cerrar para mí y para los míos un capítulo muy doloroso”. 

A pesar de cerrarse el caso, afirma que el daño causado ya es irreversible. “Como es fácilmente imaginable, el daño que todo esto ha conllevado en el plano personal, familiar, reputacional y profesional, a mi marido y a mí, y a nuestros hijos, no tendrá jamás reparación posible. Esa imputación, ahora anulada y archivada, me obligó a dimitir y abandonar mi trayectoria política de la que me siento muy orgullosa”.

Prosigue su carta con otra reflexión importante “Me entristece profundamente que el ejercicio de la política, y lamentablemente más cuando la ejerce una mujer, y teniendo en cuenta que lo ejercía como primera mujer en el cargo en la historia de la Guardia Civil, tenga que conllevar tan elevado coste a partir de la imputación de un familiar, ahora anulada”.

Medios de comunicación e informaciones falsas. Hace mención a un tema de actualidad como son las noticias falsas de algunos medios de comunicación. “Sabemos que, por desgracia, esta información que cierra por fin este penoso episodio, no tiene ni tendrá la relevancia ni el espacio en los medios de comunicación que tuvieron las noticias que se publicaron a raíz de la imputación que nunca debió producirse. También nos tememos de antemano que quienes difundieron informaciones falsas y quienes despreciaron por completo la presunción de inocencia que merece cualquier persona, ni rectificarán ni se desdecirán jamás. Lamentablemente hemos conocido otros casos parecidos en los que la falta de profesionalidad y la mala fe se han cebado con personas que siempre han querido ejercer la política honestamente”.

Para la calidad democrática de un país, y para que nadie tema que el ejercicio de la política pueda acabar con experiencias tan injustas como la que mi familia ha padecido, y la que han soportado otros responsables políticos, sería deseable que todos hiciéramos una seria reflexión colectiva a este respecto, y exploremos cómo evitarlo. Nos va la democracia en ello.

La humanidad y el amor a su familia, a la que alude en varias ocasiones en la carta, ya la mencionaba María Gámez en una entrevista en ElPlural.com, realizada poco después de su nombramiento, cuando afirmaba ante la llegada de las vacaciones: “Lo que más deseo es abrazar a los míos y poder disfrutar de ellos. Ellos son mi faro, en todo caso. No importa el sitio, cualquier lugar de Málaga será bueno para hacerlo. Mis expectativas no son diferentes a la de cualquier otra persona que ahora mismo está lejos de los suyos, comprobar que todos estamos bien y regresar a la normalidad”. elplural.com